Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, defiende la importancia de la energía nuclear en España
Este miércoles, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, ha insistido en que es un error cerrar los reactores españoles, algo que se producirá de forma progresiva entre 2027 y 2035, si no hay cambios. Así lo ha señalado ante los medios en la presentación de los resultados nucleares de 2021 y las perspectivas de futuro, y hay varias razones para dicho postura, entre ellas la de que para sustituir cada gigavatio nuclear, se necesitan cinco o seis de fotovoltaica.
El presidente de la asociación que representa a la industria nuclear -la cual está este año celebrando su 60 aniversario- ha subrayado que “es una energía importantísima y base”, que “es clave en la transición energética”, pese a que no gusta nada a la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, y que lo seguirá siendo “hasta que haya más renovables, almacenamiento e interconexiones”. Tras el espaldarazo al ser incluida en la taxonomía verde europea, que ayudará a la financiación de inversiones; se ha acentuado su importancia con la guerra de Ucrania porque “la nuclear tiene riesgos geoestratégicos inferiores a otras energías”: por ejemplo, el precio del combustible (el uranio, concretamente) no llega al 10% de los costes de una central. Además, no hay que olvidar que la nuclear produce energía estable, limpia, competitiva y barata, que cuenta con una solución para el tema de los residuos (que suponen una cantidad pequeña en comparación con todas las emisiones de CO2 que evita a la atmósfera: 20 millones de toneladas sólo en 2021, lo que equivale al 96% de las emisiones de todo el parque automovilístico español. ¿Ha oído, señora Ribera?
Sin embargo, mientras la energía nuclear “goza de muy buena salud en el mundo”, con 442 reactores en total, más 58 reactores en construcción y otros 90 en fase de planificación, en España sólo se contempla su cierre. En 2021, la energía nuclear ha dejado de liderar la generación eléctrica (algo que venía haciendo la última década), pasando al segundo lugar tras la eólica: ha aportado el 20,81% de la producción, con sólo una potencia instalada de 7.100 megavatios (MW) -es decir, el 6,31% del total de los 112.000 MW energéticos que hay en España-, y ha funcionado unas 7.600 horas, algo menos que en 2021 porque han coincidido seis paradas de recarga de combustible pero que supone 87% de las horas del año. Por su parte, la eólica ha producido el 23,29% de la electricidad y ha funcionado unas 2.100 horas, con una potencia instalada del 24,99%; y la fotovoltaica ha producido el 8,05%, funcionando unas 1.400 horas, y con una potencia instalada del 13,34%.
Mientras la energía nuclear “goza de muy buena salud en el mundo”, con 442 reactores en total, más 58 reactores en construcción y otros 90 en fase de planificación, en España sólo se contempla su cierre
Araluce ha señalado que “sigue preocupando la estabilidad económica de las centrales nucleares” españolas, pues tienen un coste de generación de 60 euros por megavatio hora y sus propietarios ya han vendido toda su energía nuclear a largo plazo a un precio fijo (60-70 euros) para este año y para parte de 2023. Asimismo, ha subrayado que “las centrales nucleares no están ganando los llamados windfall profits (beneficios caídos del cielo)”. A esto se une que “los impuestos siguen altísimos” y entre ellos, hay elevados impuestos especiales y algunos duplicados: por ejemplo, el impuesto al combustible gastado (que también pagan a Enresa), el impuesto de la Guardia Civil, o las ecotasas de las comunidades autónomas (aunque a Enresa ya le pagan un impuesto de impacto ambiental). “Si se bajan los impuestos, se podría funcionar mucho mejor, o también se podría poner un precio fijo a la nuclear, como ha pasado con las renovables, que tienen un retorno a la inversión del 7%”, ha apuntado Araluce.
También preocupa que los costes podrían ser mayores, porque en el nuevo plan general de residuos (que hasta ahora en proceso de audiencia pública) se superan los 2.150 millones que se recogían en el borrador. Al hilo de los residuos, que sólo supusieron 200 toneladas en 2021, frente a los 20 millones de toneladas de emisiones de CO2 que se evitaron con la nuclear, hay que matizar algunos aspectos sobre su almacenamiento: Foro Nuclear defiende que haya un Almacén Temporal Individualizado (ATI) de alcance total en cada central, recuerde que en el plan se habla de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) aunque no su ubicación (recuerden que se rechazó que estuviera en Villar de Cañas), e incluso se ha empezado a hablar de Almacén Temporal Descentralizado (ATD) -que se ubicarían en cada central- hasta que esté listo el Almacenamiento Geológico Profundo (AGP), algo que España sitúa para 2073, a pesar de en Finlandia ya está funcionando su AGP y en Francia y Suecia lo contemplan para 2030.