Saudi Aramco ha notado los mayores costes, así como el abaratamiento del gas natural, como el resto de petroleras del mundo, y no ha podido compensarlos con el mayor precio del petróleo, pero no los ha notado el príncipe heredero y primer ministro saudí, Mohamed bin Salman. Y es que ha reducido su beneficio neto un 7,4% y ha visto estancarse sus ingresos en el primer semestre, aunque ha mantenido el dividendo trimestral.

La petrolera saudí, que es la más grande del mundo, ha recibido aplauso del mercado a sus últimos resultados, pues su cotización sube un 2,4%. Eso sí, aún está lejos de recuperarse de la depreciación del 17% que acumula en lo que va de año. El mercado ha aplaudido el dividendo, lógicamente, pues Aramco ha declarado un dividendo base de unos 18.541 millones de euros y una nueva distribución de dividendos vinculados al desempeño de 9.864 millones, ascendiendo el reparto total de dividendos en el segundo trimestre a 28.380 millones, en línea con los pagados entre enero y marzo. Además, ha anunciado que este año los dividendos totales ascenderán a 113.440 millones y recuerden que en 2023 los incrementó un 30%, aunque también elevó los salarios. 

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El principal beneficiario de dicha remuneración al accionista es, por supuesto, el Gobierno saudí y otras instituciones públicas, que controlan el 97,62% del capital, después de que hace unos meses lanzaron una Oferta Pública de Venta de acciones (OPV) por un total de 1.545 millones de títulos dirigida a inversores institucionales para lograr más de 11.200 millones de dólares (unos 10.249 millones de euros al tipo de cambio actual). Tras esta operación, el Gobierno saudí mantiene el 97,62% del capital, mientras el resto se reparte entre inversores institucionales internacionales (0,73%), nacionales (0,89%) y minoristas (0,76%). Una OPV que se enmarca en las ventas de acciones que anunció Mohamed bin Salman en 2021 para afrontar el plan de inversión extranjera con el fin de diversificar la economía saudí.

El presidente y CEO de Saudi Aramco, Amin H. Nasser

 

Vayamos a los resultados semestrales. Pese a que el presidente y CEO de Saudi Aramco, Amin H. Nasser, presuma de “rendimiento líder en el mercado, con sólidas ganancias y flujos de efectivo”, lo cierto es que los ingresos se han estancado en 221.268 millones y los gastos operativos han crecido un 5,6%, a 121.772 millones. Estos últimos han sido, en parte, los responsables de que el beneficio neto atribuible haya descendido un 7,4%, a 51.031 millones.

Amin H. Nasser destaca el “progreso significativo en áreas estratégicas clave durante el segundo trimestre”, así como la “respuesta positiva” de los inversores a la OPV, la emisión de bonos por 5.480 millones y el mantenimiento de dividendo

Eso sí, en el segundo trimestre, a Aramco le ha ido algo mejor que en el primero (cuando ingresó un 4,8% menos y ganó un 12% menos), porque ha logrado un incremento de los ingresos del 5%, hasta 114.625 millones, aunque el beneficio ha seguido a la baja y ha descendido un 2,5%. Amin H. Nasser ha destacado el “progreso significativo en áreas estratégicas clave durante el segundo trimestre, desde el avance de nuestro programa de gas y la expansión de nuestra nueva cartera de energías, hasta la asociación con los principales fabricantes de automóviles en tecnologías de vehículos con menores emisiones y el crecimiento de nuestra red minorista global”. Además, ha celebrado la “respuesta positiva” de los inversores a la OPV y la reciente emisión de bonos por 5.480 millones, así como el mantenimiento de la entrega de dividendo. Entre las alianzas con fabricantes de automóviles, destaca su entrada en Horse: la nueva división de motores de combustión de Renault con bastante presencia en España (agrupa las actividades de cajas de cambio -la planta de Sevilla-, producción de motores -una fábrica de Valladolid- y una parte de las actividades de ingeniería) que el grupo francés y el chino Geely compartían al 50% y ahora han rebajado sus participaciones al 45% para que Aramco tomara el 10%. 

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Tras los resultados de la mayor peetrolera del mundo, conviene recordar cómo se han comportado otras compañías del sector durante el primer semestre. La portuguesa Galp sigue siendo la que más ha sonreído, al lograr más beneficio e ingresos. Le sigue en alegría la francesa TotalEnergies, que ha visto caer su beneficio muchísimo menos que la noruega Equinor y la italiana Eni. Por su parte, la española Repsol ha notado el gas barato y el menor margen de refino, y Cepsa ha logrado salir de pérdidas, mientras que los números rojos de la mexicana Pemex han sido elevadísimos. La británica BP, como Shell, ha tenido menos ingresos y beneficio, pero ha subido en bolsa por las recompras de acciones... y también más dividendo. Y entre las dos grandes petroleras de EEUU, a Chevron le ha ido peor que a Exxon Mobil.