Aramco, la mayor petrolera del mundo, continúa a la baja, tanto en beneficio como en ingresos. Así, en los seis primeros meses del año ganó 61.961 millones de dólares, un 29,5% menos que en el ejercicio anterior, e ingresó 218.673 millones, que no está nada mal, pero fue un 20,3% menos que lo facturado hasta junio de 2022.

La clave del ejercicio -en el primer trimestre el beneficio se redujo un 19%- está siendo el precio del crudo, que de media ha caído un 30,4% desde junio de 2022, cuando marcó máximos históricos. En lo que va de año, sin embargo, el precio del barril Brent, el de referencia en Europa, ha superado los 85 dólares, frente a los 75 dólares de los primeros meses del ejercicio, por lo que el combustible es más caro ahora, en verano -¡qué raro!- que durante el primer trimestre.

A pesar del retroceso en beneficio y facturación, la compañía que preside Amin Naser anunció este lunes un nuevo dividendo de unos 19.500 millones de dólares en total, la misma cantidad que para el dividendo del primer trimestre. Sin embargo, si en aquella ocasión la cotización subió más de un 3%, el alza de este lunes no llega al 1%. Aramco ha malacostumbrado al mercado y ahora le hará falta algo más que anunciar el dividendo para atraer a los inversores.