Decepción: Lorenzo Amor, el representante de los autónomos, abandona el cuentapropismo, o sea, la libertad
Acuerdo entre la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que lidera Lorenzo Amor, y el Gobierno, personificado en José Luis Escrivá, el antiguo liberal convertido ahora en socialista de pro.
¡Qué decepción me produce Lorenzo Amor! Desde que la principal organización de autónomos de España, ATA, entró en la gran patronal CEOE, donde Amor es ahora vicepresidente, su dirección ha perdido su espíritu de hombres libres. Una pena.
El pacto supone pagar más impuestos a cambio de más prestaciones. O sea, la negación del cuentapropismo. El autónomo se metía a autónomo para ser libre, no para obtener más prestaciones ni subvenciones públicas
La columna vertebral del acuerdo alcanzado el martes, es que los autónomos pagarán más cuotas sociales. Sí, los que cobren el salario mínimo o por debajo de él, pagarán menos cuotas o, al menos, tendrán la oportunidad de hacerlo. Hombre claro, es que si como autónomo cobras 700 euros casi cambia de oficio.
Vamos con el significado del acuerdo, que es lo más preocupante.
La consecuencia más importante, la ya dicha: el autónomo, el hombre libre, ha muerto en España. Le han matado José Luis Escrivá y Lorenzo Amor. Ojo, se trataba de eso, no de mejorar las cuentas públicas, porque este acuerdo aportará poquísimo al balance de la Seguridad Social, que anda quebrado, pero, eso sí, perpetuará las cuotas sociales.
Insisto: en lugar de desaparecer, crece la omnipresencia de las cuotas, la principal traba para la creación de empleo en España, y financiar las pensiones con IVA, las cuotas toman aún más peso. Así, nunca saldremos del paro.
El autónomo paga menos impuestos pero el día que no trabaja, no come. España necesita más trabajadores autónomos y más emprendedores. Necesita más cuentapropismo
La forma: el pacto supone pagar más impuestos a cambio de más prestaciones. O sea, la negación del cuentapropismo.
A ver si nos entendemos: el autónomo se metía a autónomo para ser libre, no para obtener más prestaciones ni subvenciones públicas. Era un pacto con el Estado: no me frías a impuestos. Prefiero trabajar duro, no contar con bajas laborales ni con vacaciones pagadas y fabricarme mi propia pensión privada, pero tú déjame hacer a mí y no me extorsiones con impuestos como haces con las empresas.
Dicho de otra forma: el autónomo paga -o pagaba- menos impuestos pero el día que no trabajaba, no comía. Y esto supone que España necesita más trabajadores autónomos y más emprendedores. Necesita más cuentapropismo y menos vivir pendientes del Estado y trabajar más pendientes de la jubilación.
Ha sido una semana negra para la libertad económica.