El presente año 2023 terminará con pérdida de autónomos, según la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA, a pesar de la estupenda reforma laboral de Yolanda Díaz, por cierto, avalada por la CEOE de la que forma parte ATA.

En otras palabras, la economía española no va tan bien como Nadia Calviño nos quiere hacer creer. Es más, no es que no vaya bien, es que va peor. Así, el 75% de los autónomos asegura estar igual o peor que en 2022, según el barómetro de ATA de junio de 2023, publicado este lunes.

Las cotizaciones sociales, los impuestos, la inflación y el coste de las materias primas son lo que más les está afectando. Es decir, de los cuatro apartados, dos de ellos -cotizaciones e impuestos- dependen directamente del Gobierno, pero a Pedro Sánchez no le gustan los trabajadores por cuenta propia porque son más libres y ha decidido darles la estocada con la reforma del ministro Escrivá, que se resume en tres palabras: subidón de cotizaciones.

Los autónomos se ahogan y el Gobierno les sube los impuestos, además, a cambio de nada o casi nada. Efectivamente, la base de cotización ha subido de media un 8,7%, según Lorenzo Amor, presidente de ATA, al que hay que añadir el aumento del 20% de los costes y la retención del 15% de Hacienda.

En este contexto, casi el 40% de ellos ha registrado un descenso de su facturación respecto a 2022, lo que suscita muchas dudas acerca de su continuidad. Sólo uno de cada cinco (25%) asegura que su actividad ha crecido respecto al pasado año.

El 31,8% de los autónomos afirma que factura más que en 2022 y el 26,5% considera que sus ingresos se han mantenido igual, frente al 38,9% que afirma que su facturación ha disminuido respecto a 2022. El problema es que, aunque haya crecido la facturación -la mayoría por los gastos lo han hecho en mayor medida. Pero la economía va como una moto.