Bankinter comenzó el año ganando un 34,5% más, hasta los 270 millones de euros, pero dejó algunas señales que muestran que la exuberancia mostrada por el sector el año pasado, no se repetirá este ejercicio. Nos referimos, en primer lugar, al margen de intereses, la principal pata del negocio bancario, que se redujo un 6,4% hasta marzo y no superó los 540,7 millones de euros.
Una caída que fue compensada por las comisiones, la otra pata del negocio típico bancario, que aumentaron un 13,4%, hasta los 188 millones. Entre las comisiones y el pago de cero euros de impuesto a la banca, el margen bruto creció un 11,1% y alcanzó los 731,6 millones.
Ahora bien, si miramos la cuenta con detenimiento podemos ver cómo la parte mollar de los negocios de Bankinter cayeron durante los tres primeros meses del año. El negocio de banca comercial y privada se redujo un 6,5% y banca de empresas, un 11,9%. También perdieron peso Evo Banco, un 22,8% y Mercado de Capitales, un 8,3%.
Crecieron Consumo -en España y Portugal- (6,6%), la filial portuguesa (7,4%) y Bankinter Irlanda (9,2%). En definitiva, ¿un buen arranque de año? No parece que lo sea, al menos tanto como se deduce por el aumento del beneficio.

El nuevo impuesto a la banca fue el tema estrella de la rueda de prensa celebrada este jueves para presentar los resultados. La consejera delegada del banco, Gloria Ortiz, explicó que el impuesto, aprobado en diciembre, es progresivo, no como la tasa anterior -no era propiamente un impuesto-, que era una tarifa plana del 4,8% para todas las entidades. El caso es que, al ser progresivo, Bankinter paga menos y, además, se puede deducir del impuesto de Sociedades, que permite deducciones de hasta el 25%. Como Bankinter tiene una cuota líquida de Sociedades de unos 300 millones, se puede deducir unos 70 millones, que son más que los 54 millones que debería abonar por el nuevo impuesto a la banca.
En definitiva, el banco pagará cero euros por el impuesto este año y probablemente también en 2026. Aun así, Ortiz confirmó que recurrirán la medida a través de la Asociación Española de Banca (AEB), como hicieron con el primer gravamen.
La consejera delegada de Bankinter coincide con la presidenta del Santander, Ana Botín, en la necesidad de eliminar burocracia y de simplificar la regulación que estrangula al sector en Europa, pero no comparte la idea de crear una agencia independiente que asesore en esta línea, a Bruselas. “No soy partidaria de crear más organismos porque eso sería crear más burocracia”, afirmó.
De la cuenta de resultados cabe destacar, además de lo mencionado, las menores provisiones (-24,3%) a pesar de la incertidumbre actual. La morosidad, por su parte, se mantuvo en el 2,1%, por debajo de la media del sector (3,3%) y la ratio de solvencia CET1 cerró marzo en un cómodo 12,3%. En cuanto a la eficiencia, logró reducirla hasta el 36,7% (cuanto más baja, mejor), con una excelente rentabilidad sobre recursos propios del 19,9%.