Por los pasillos de la Vela, la sede operativa del BBVA situada en el barrio madrileño de Las Tablas, circula la idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez está cambiando de opinión -hay muchos precedentes- y no se opondría a la OPA sobre el Sabadell si finalmente la CNMC da luz verde a la operación. Pues no.

Además de constituir el segundo banco más grande de España por activos, tras el Santander y a mucha distancia de Caixabank, la OPA supondría la continuidad de Carlos Torres como presidente de la entidad. Por el contrario, el fracaso le abocaría a abandonar el banco tras algo más de seis años en el cargo.

Ahora bien, no conviene confundir los deseos con la realidad, porque desde Moncloa insisten en que, efectivamente, son muy respetuosos con los supervisores como la CNMC o la CNMV, pero su postura no ha variado un ápice: no le gusta la OPA y se opone a que el BBVA se fusione con el Sabadell.

De momento, la pelota sigue en el tejado de la CNMC, que en diciembre decidió dar un impulso al proceso y determinó no admitir más personaciones que la del propio Sabadell. Lo cierto, en cualquier caso, es que en Cataluña, una de las regiones críticas, junto a Valencia, la oposición al BBVA y a Carlos Torres está muy extendida: no le perdonan su ausencia durante años tras absorber Unnim y CatalunyaCaixa.