El sector bancario al completo amaneció este viernes con caídas significativas en bolsa, más de un 1% superiores -las caídas- al Ibex. De las seis entidades del selectivo, el BBVA ha sido la más perjudicada y con diferencia sobre las demás, con una caída que superó el 3% en la recta final de la sesión, más de un punto porcentual por encima de la caída del Sabadell, y del resto del sector.

El problema del BBVA es su excesiva dependencia de México. En 2024, el 54,17% del beneficio del grupo fue mexicano y eso está muy bien, pero hasta cierto punto, porque depender tanto de un único mercado tiene sus riesgos. Si México estornuda, el BBVA se constipa.

Eso es lo que le ha sucedido este viernes, tras los aranceles aprobados por la Administración Trump, el jueves. Lo más preocupante, en cualquier caso, es la tendencia negativa registrada ya en 2024, antes de las elecciones en EEUU, que llevó a los analistas a rebajar sucesivamente la previsión de crecimiento del país que preside Claudia Sheinbaum, hasta el 1,2% definitivo. Y a esa tendencia se suma la incertidumbre provocada por los citados aranceles.

Tampoco ayudaron al BBVA las declaraciones del presidente de Magallanes, la gestora de fondos que posee el 2% del Sabadell. “La oferta de BBVA no tiene ningún sentido para los accionistas de Sabadell”, afirmó Ivan Martín en Expansión. “Eso significa que nosotros no acudimos”, señaló. Y es que la prima ofrecida, incluidos los ajustes realizados el jueves por el BBVA (0,70 euros adicionales en efectivo, por cada acción del Sabadell), por el dividendo distribuido por Sabadell, es del -0,9%, es decir, es negativa.

Esto refuerza la tesis mantenida por el mercado. A saber: Carlos Torres no tendrá más remedio que mejorar la oferta y, además, hacerlo en efectivo, no mediante el canje de acciones. “Por sentido común, la mejora de la oferta debería ser del 10%. Como mínimo”, sentenció Martín.

Cosa distinta es que pueda hacerlo sin poner en entredicho la integración posterior y, por tanto, la propia cotización del BBVA.