Nadie sabe en qué consiste el modelo de banca digital ni cómo llegar hasta él y mientras tanto, el número de oficinas 'matapersonas' aumenta
Si ayer hablábamos de la ‘ausencia’ del consejero delegado, este martes tenemos que centrarnos en el malestar de la plantilla del BBVA, principalmente la que trabaja en las alguna de las 1.880 oficinas que el banco tiene en España. Porque, efectivamente, en el banco azul hay, al menos, dos ‘clases’ de empleados: los de los servicios centrales, a los que se les permite teletrabajar, y los que trabajan en las sucursales, que deben hacerlo presencialmente, sí o sí.
No es la primera vez que traemos a colación las oficinas unipersonales, también conocidas como ‘matapersonas’. El problema es que, lejos de desaparecer, su número ha aumentado, desde la veintena de principios de año a las cerca de 100 que hay en la actualidad repartidas por todo el país. Y aunque Carlos Torres y el desaparecido Onur Genç cumplan su promesa de no realizar otro ajuste de personal durante 2022, lo cierto es que el objetivo del banco es tener entre 6.000 y 5.500 empleados en España, frente a los 20.000 actuales.
La cuestión de fondo es el modelo de banca digital: nadie sabe en qué consiste exactamente ni cómo llegar hasta él, es decir, cuántas sucursales y empleados necesita ni cuál es la estrategia adecuada para llegar a la meta. De momento, el clima laboral ha empeorado sensiblemente tras el macro-ERE de 2021 que supuso la salida de 2.935 trabajadores y afectó al 80% de los empleados de oficina.
Lo cierto es que el ERE fue excesivo y en abril el banco creó la figura del gestor Comercial y de Acompañamiento Digital, en total, 350 nuevos empleados. El plan, sin embargo, no obtuvo los resultados esperados porque, ante el déficit de empleados en las oficinas, los nuevos contratados fueron destinados, no a acompañar a nadie, sino a suplir la carencia, por ejemplo, de cajeros, o a realizar suplencias ante el aumento significativo de bajas por ansiedad. Resultado final: muchos de ellos se fueron tras la primera semana de trabajo.
En definitiva, la plantilla del BBVA está harta de la situación y, lo que es aún peor, totalmente desmotivada. La entidad, mientras tanto, lanza campañas internas para mejorar la salud física y emocional del personal. La última, la anunciada el lunes, que se extenderá durante todo este mes de noviembre, con charlas y talleres dedicados a la higiene del sueño, la gestión emocional, la ansiedad o la prevención del envejecimiento cerebral. Unas campañas que los empleados de las oficinas se toman a pitorreo, especialmente los ‘elegidos’ de alguna de las sucursales ‘matapersonas’.