La OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell -no, no es friendly, es hostil- sigue en manos del Gobierno, pero en el entretanto, los CEO de las dos entidades continúan lanzando los mensajes pertinentes. “En 18 meses nuestros accionistas van a obtener una rentabilidad del 30%. Esto es inigualable”, afirmó César González-Buenos este lunes, durante el XV Encuentro Financiero organizado por KPMG y Expansión.

El CEO del Sabadell insistió en que la oferta minusvalora la entidad. “Se decía, cuando se lanzó la OPA, que BBVA ofrecía un 30% por encima de la cotización de los últimos tres meses. Pero es que el Sabadell cotizaba muy barato”, señaló. La prima, actualmente, se ha reducido al 3%, y no por efecto de la OPA ya que, según González-Bueno, el Sabadell subía un 60% desde enero, antes de la OPA.

Poco antes, en ese mismo foro, el CEO del BBVA defendió la operación con el argumento preferido de los fondos: la financiación europea requiere bancos “más grandes y sólidos”, por ejemplo, el resultante de la fusión BBVA-Sabadell. En otras palabras, burro grande, ande o no ande.

Luego está la digitalización, que es carísima y requiere una base de clientes muy grande para diluir esos costes. Pero más importante aún es la necesidad del BBVA de crecer en España para reducir su dependencia de México, donde no está del todo claro hacia donde irá la política económica de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, admiradora declarada de España y de las empresas españolas.

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Por cierto, Genç sigue defendiendo que la CNMC aprobará la operación en primera fase, como sucedió con Caixabank-Bankia y Unicaja-Liberbank. Omite el CEO del BBVA un detalle importante: aquellas fueron operaciones amistosas en las que los consejos de administración estaban de acuerdo. La suya, sin embargo, es hostil.