Carlos Torres, presidente del BBVA, y Josep Oliu, presidente del Sabadell, durante la toma de posesión del presidente de la CNMV, el miércoles 8 de enero / Foto: Pablo Moreno
El principal argumento de Carlos Torres y Onur Genç es que crearán un banco más grande, capaz de competir en Europa. Un argumento compartido con los fondos -burro grande, ande o no ande-, cuya decisión será vital en caso de que la CNMC dé el visto bueno sin exigir condiciones críticas al BBVA.
Ahora bien, los fondos tampoco son tontos y no acudirán a la OPA si pierden dinero, algo que no descarta el último informe de Alantra, conocido este jueves. “Deberíamos esperar que la prima se convierta en negativa si el mercado ve un mejor valor en la historia de Sabadell, forzando a BBVA a mejorar su oferta o a retirarse”, afirma el banco de inversión español.
Así las cosas, la cuestión no es tanto si Torres debe mejorar la oferta -Alantra no es el primero que lo dice- sino si puede mejorarla. Esa es la clave, y mejorarla implicaría, principalmente, hacerlo en metálico, no en acciones. Ahora bien, el presidente del BBVA ha rechazado sistemáticamente la posibilidad, no ya de incluir efectivo, sino incluso de mejorar la oferta de canje. La última vez que lo hizo en público fue en Barcelona, en un encuentro organizado por Esade, en septiembre.
Alantra cree que la oferta del BBVA es escasa y le insta a mejorarla un 20%, salvo que incluya una parte en metálico. Y es que la prima inicial del 30% se ha reducido hasta el 4,5%... y con riesgo de pasar a ser negativa si se cumplen los pronósticos de la entidad que preside Santiago Eguidazu y las acciones del Sabadell suben hasta los 2,55 euros por título. Este jueves cotizan a 2 euros, tras subir algo más de un 0,6%.
Las positivas previsiones sobre el Sabadell contrastan con las del BBVA, que no podrá superar, en 2025, los excelentes resultados de 2024, según el anterior informe de Alantra, de septiembre.
Mientras tanto, el Gobierno mantiene su negativa a la operación porque los catalanes, principalmente el PSC de Salvador Illa y gran parte del empresariado, se oponen a ella. De momento, quien tiene la patata caliente es la CNMC de Cani Fernández.