A estas alturas de la OPA hostil -vamos camino del mes décimo- da la sensación que, una de dos: o Carlos Torres no está realmente interesado en que salga adelante, o se está guardando la última bala para el final, con el riesgo de que tal vez sea demasiado tarde.

Lo cierto es que la operación se le está complicando, no ya por el rechazo de Moncloa y la fase II de Competencia, sino porque el mercado le ha dado la espalda y le exige mejorarla, además, en metálico, algo que Torres siempre ha rechazado, al menos hasta ahora.

La situación actual no es la misma que la de hace cinco meses. Es peor para el BBVA y mejor para los que defienden la independencia del Sabadell. Y lo es porque la prima de la oferta se mueve peligrosamente en terreno negativo tras finalizar 2024 en mínimos. Desde que comenzó el año, el Sabadell se ha revalorizado un 14,9%, hasta los 2,13 euros por título, frente a un 12,2% del BBVA, que cerró este martes en los 10,44 euros por acción.

Aunque la CNMC aprobara la operación sin apenas condiciones, extremo muy poco probable, a los accionistas del Sabadell no les interesaría. Las dos próximas semanas serán importantes ya que veremos la reacción de los inversores a los resultados anuales de ambas entidades. ¿Será entonces cuando Torres dispare su última bala y mejore la oferta, en metálico?