Christine Lagarde y Jerome Powell: a lo mejor no es tan importante lo que decidan estos señores
Christine Lagarde, gobernadora (no me gusta lo de presidente) del Banco Central Europeo (BCE) ha subido el precio oficial del dinero en Eurolandia hasta el 4,25%. De inmediato, nos han contado cómo ha subido la amortización de la hipotecas. No es agradable, desde luego, pero ni es malo ni es injusto. A lo mejor lo que tenemos que hacer es desapalancarnos: ahorrar más o promocionar la construcción de viviendas.
Dos consecuencias positivas de la subida de tipos: los políticos serán más responsables en la emisión de deuda pública y las empresas tendrán que volver a la normalidad: a invertir con fondos propios, no con deuda
Por de pronto, dos consecuencias positivas de la subida de tipos: los políticos estarán más obligados a actuar de forma más responsable a la hora de emitir deuda pública y las empresas tendrán que volver a la normalidad: invertir con fondos propios, no con deuda externa. O sea, lo normal. Ya saben, como lo de Lola Flores que, de la carne, sólo pecaba "lo norma".
El CEO del Santander, Héctor Grisi, recordaba recientemente que el crédito corporativo (a empresas) está cayendo. Pero eso no tiene por qué ser malo para la empresa y para la inversión sino para el banco, La empresa tiene que volver a invertir con fondos propios y con las reservas extraídas del beneficio. La deuda es, de entrada, mala.
El problema de la subida de tipos, de Powell y Lagarde, no esta ahí. El problema es la sospecha creciente de que la inflación actual no es de demanda sino de oferta. En resumen, que el dinero valga algo más que cero es bueno, que produzcamos menos, es malo. Y me temo que es en lo que estamos: Occidente produce menos, nos hemos vuelto vagos, y los precios aumentan porque baja la oferta, no porque suba la demanda. Y si estamos ante una inflación de oferta, subir el precio del dinero no atajará la inflación.
Se lo traduzco: releguemos la ecología, de suyo automutilante y potenciemos la economía. Produzcamos más para el hombre y luego ya nos preocuparemos por el planeta. Primero el ser humano, luego la madrastra tierra. Y si producimos más bajarán los precios.
La ruina del siglo XXI viene porque la ecología prima sobre la economía y el planeta sobre el ser humano
Pero los tipos tienen que subir porque si el dinero no vale nada, como ha ocurrido desde 2016 hasta 2022... estaremos devaluando toda la economía mundial.