La bombona de butano se disparó con Sánchez y Ribera alcanzando el récord de 19,55 euros hace un año y por eso se congeló su precio un tiempo, pero ahora encadena ya cuatro descensos consecutivos
La bombona de butano, conocida por ser la energía de los consumidores vulnerables, también ha disparado su precio, al igual que otras energías (luz, gas, carburantes...), con Pedro Sánchez y su vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera. Y es que ya encadena diez alzas consecutivas y logra un nuevo récord, llegando a los 19,55 euros.
Su precio empezó a escalar en noviembre de 2020, tras meses de bajadas y precio congelado, y ya ha superado el máximo de 17,50 euros que alcanzó en marzo de 2015, cuando estaba Mariano Rajoy en La Moncloa, y también el de 15,19 euros, registrado con José Luis Rodríguez Zapatero. ¡Ole, Sánchez! Este encarecimiento se debe principalmente a dos motivos: el alza de las cotizaciones de la materia prima y de los fletes -transporte-.
La bombona de butano ya vale un 40% más que hace un año, cuando costaba 13,96 euros, según señala la asociación de consumidores Facua, por lo que ha subido 5,59 euros contantes y sonantes en doce meses
Claro que la cosa podría ser aún peor, porque conviene recordar que la bombona de butano de 12,5 kilogramos tiene precio regulado que se revisa cada dos meses (en concreto, el tercer martes del mes correspondiente): sólo puede bajar o subir como máximo un 5%. Ahora sube otro 4,94%, hasta 19,55 euros, encadenando su tercer récord consecutivo en lo que va de año tras los registrados en enero (17,75 euros) y en marzo (18,63 euros), porque las cotizaciones de la materia prima han aumentado un 6,13% y los fletes, un 9,83%, y además, el euro se ha depreciado un 3,6% frente al dólar. De esta forma, la bombona de butano ya vale un 40% más que hace un año, cuando costaba 13,96 euros, según señala la asociación de consumidores Facua, por lo que ha subido 5,59 euros contantes y sonantes en doce meses.
Y ojo, porque si no tuviera el precio regulado en mayo habría subido un 8,19%. Asimismo, no se puede olvidar que es la fuente de energía más barata que hay en España, pues el cliente sólo paga por lo que consume, es decir, no los costes del llamado midstream (transporte, almacenamiento y venta al por mayor de productos crudos o refinados del petróleo). España es una excepción en el negocio europeo de butano porque su precio está regulado, mientras en otros países (por ejemplo, Portugal) se ha liberalizado: unos ocho millones de hogares disfrutan de las ventajas de la bombona de butano (versatilidad -múltiples usos-, alto poder calorífico y se puede mover), siendo Repsol el primer vendedor y Cepsa el segundo. Eso sí, el consumo de envases de gases licuados del petróleo (butano y propano) se sitúa en 68 millones -de los que 53 millones tienen precio regulado- y la cifra ha bajado un 20% entre 2009 y 2018.