La fusión Orange-MásMóvil no supondrá un cambio sustancial en el mercado español: Digi pasará a ser el cuarto operador convergente
La Comisión Europea se adelantó un par de días y dio este martes su visto bueno a la operación Orange-MásMóvil, anunciada en marzo de 2022 y de la que surgirá la primera teleco en España, por delante de Telefónica. En la sede de esta última, por cierto, celebran la decisión ya que, a partir de la fusión, Telefónica abandonará la condición de operador incumbente y podrá negociar libremente contratos mayoristas.
“La aprobación está condicionada al pleno cumplimiento de un paquete de compromisos ofrecido por Orange y MásMóvil”, afirma el comunicado. Se refiere al compromiso alcanzado con Digi para cederle 60MHz de espectro, pendiente de aprobación por parte del Gobierno Sánchez, y un acuerdo opcional de roaming nacional, tal y como recordó Orange en un comunicado remitido este martes.
El siguiente paso será la aprobación de la joint venture por parte del Gobierno, prevista durante este primer trimestre del año. Será a partir de entonces cuando Orange y MásMóvil comiencen a funcionar como una única compañía.
El gran beneficiado será Digi, que se convertirá en el nuevo cuarto operador gracias a los remedios de la fusión. En otras palabras, la competencia seguirá presionando a las compañías, que tendrán que hacer juegos malabares para seguir invirtiendo en la red. la situación de las telecos en España, y en Europa, nada tiene que ver con la de EEUU y China, donde los operadores se cuentan con los dedos de una mano… y sobran dedos, mientras sólo en España se pueden contabilizar más de 1.000 telecos que prestan servicio actualmente.
Según estimaciones, la nueva compañía, con una valoración superior a los 18.500 millones, tendrá unos ingresos de algo más de 7.500 millones de euros y un Ebitda de 2.200 millones. Las sinergias serán de 450 millones anuales a partir del cuarto año.
Sólo en España se pueden contabilizar más de 1.000 telecos que prestan servicio actualmente
El punto más delicado serán las duplicidades que surjan tras la fusión, aunque el CEO de Orange España, Ludovic Pech, tranquilizó a ambas plantillas hace apenas una semana asegurando que no habrá ningún tipo de ajuste de personal. Los que no se librarán serán los directivos.
La joint venture nacerá con un reparto del 50% del capital, pero lo más probable, como ya hemos contado en Hispanidad, es que Orange compre un 1% adicional en un plazo de 24-42 meses. El siguiente paso será salir a bolsa, siempre que lo apruebe París y las condiciones del mercado lo permitan.