Repsol apuesta por la transición energética defendiendo la industria, con la mirada fija en el horizonte de ser neutra en emisiones en 2050, pero sin abandonar sus negocios clave. Una revolución tranquila que dirigen Imaz y Brufau... y con éxito
Repsol ha publicado sus resultados a nivel consolidado a cierre del tercer trimestre de 2022. El precio de los carburantes ha bajado: a ver si se mantiene ese descuentito que nuestro “querido” Gobierno tuvo la gracia divina de otorgarnos de 20 céntimos por litro y así podremos comprar la gasolina en niveles muy aproximados al año anterior.
La situación en bolsa del grupo tras la publicación de resultados ha mejorado sobremanera intradía en distinta línea que el Ibex 35, índice del que forma parte, y que en igual comparativa ha subido en un 0,64%. El significativo aumento de la cotización de Repsol en un 4,97%, a 13,84 euros, puede ser un antecedente del buen hacer del grupo durante los primeros nueve meses de 2022. Veamos qué ha ocurrido:
El resultado neto acumulado de Repsol entre enero y septiembre ha sido superior en 1.283 millones de euros (M€) al del mismo periodo de 2021, siguiendo la senda positiva observada en los análisis de los períodos anteriores realizados por este humilde servidor. Ello significa un incremento porcentual muy relevante entre periodos, del 66,16%, ya que ha pasado de tener un resultado neto a cierre del tercer trimestre de 2021 de 1.939M€ a uno de 3.222M€.
El resultado neto ha sido superior en 1.283M€, situándose en 3.222M€; y el resultado neto ajustado, que excluye partidas excepciones, ha pasado de 1.582M€ a 4.654M€, lo que supone un crecimiento del 194,2%
Ya saben que venimos analizando también el resultado neto ajustado del grupo desde nuestros análisis del año de la pandemia (2020), ya que ya hubo determinadas partidas que afectaron sobremanera al mismo. El resultado neto de la compañía multienergética que preside Antonio Brufau y tiene como CEO a Josu Jon Imaz del año 2020 vino afectado principalmente por un reconocimiento negativo en la partida de efecto patrimonial de 978M€ y, sobre todo, por un reconocimiento negativo en la partida de resultado específico de 2.911M€. Ya dijimos en anteriores artículos que el efecto patrimonial incluye ajustes del grupo sobre las existencias y, por otro lado, el resultado específico incluye costes derivados de actualización de provisiones y a acciones de reestructuración de plantilla. Es decir, ambas son partidas de gastos excepcionales provocados principalmente por el efecto negativo de la pandemia en el grupo. Sin embargo, los efectos de la pandemia poco a poco se van disipando en la cuenta de resultados del grupo y no hay excusas, más aún cuando se trata de los principales grupos empresariales de nuestro país.
Preferimos utilizar a efectos comparativos el resultado neto ajustado del grupo que excluye dichos conceptos excepcionales y, que dadas las cifras anteriores, parece más coherente a efectos comparativos entre períodos. En este caso si se compara el resultado neto ajustado, el cual excluye dichas partidas excepcionales, de Repsol entre el cierre del tercer trimestre de 2022 y el de 2021, la variación interanual es muy superior: 4.654M€ frente a 1.582M€millones de euros, lo que supone un crecimiento en términos relativos de un 194,2%.
El grupo ha mejorado sobremanera su capacidad para generar recursos: en concreto, un 94,5%, a 10.863M€, principalmente gracias al fuerte aumento en el segmento de exploración y producción (+99,65%)
La facturación del grupo, ventas, a cierre del tercer trimestre se ha incrementado en un 72,51% respecto al mismo periodo de 2021, pasando de 35.918M€ a 61.965M€. Una evolución muy importante, cuando el precio de la gasolina esta más bajo que en todo el año, a ver si se da cuenta nuestro “querido” Gobierno que más precio -mayores impuestos- no se traduce siempre en recaudar más dinero.
Vayamos ahora con la capacidad de generar recursos del grupo medida a través del indicador Ebitda. Este se ha situado en el acumulado al cierre del tercer trimestre en 10.863M€, un 94,5% superior al de hace un año, es decir, el grupo ha mejorado sobremanera su capacidad para generar recursos. El principal incremento entre períodos de la cifra se debe a, entre otras cosas, que el Ebitda del segmento exploración y producción (también conocido como upstream en el argot del sector) ha aumentado en un 99,65% y que el del segmento industrial se ha disparado en un 128,92%, entre el tercer trimestre de 2021 y el tercer trimestre de este año. Además, ha aumentado el Ebitda del negocio comercial y renovables un 5,8%, dentro de este paraguas destacan: los descensos del resultado operativo en movilidad por los descuentos en combustible (de hecho, ha permitido que sus clientes ahorren más de 300M€, pese a la erosión de los márgenes comerciales); en comercialización de luz y gas por los mayores costes, sin olvidar que en España tiene ya 1,5 millones de clientes y ha entrado en Portugal con prudencia por el contexto y dado que es un mercado más pequeño, y también ha apostado por el negocio de autoconsumo junto a Telefónica al considerar que tiene mucho futuro); al tiempo que un aumento del resultado operativo en generación baja de carbono en 70M€). De hecho, Repsol ha dado entrada a un socio en su negocio renovable y también a otros en algunos activos, sin olvidar que también ha abierto las puertas a un socio (EIG) en su negocio de upstream, operación que se prevé culminar a principios de 2023 y que forma parte de la revolución tranquila liderada por Brufau e Imaz.
Repsol ha obtenido una mayor liquidez, con aumentos de generación de caja y de inversiones, habiendo incluso reducido su deuda un 62% desde el pasado enero (hasta situarla en 2.181M€), hecho que no se produjo en los primeros nueve meses de 2021
Finalmente toca tratar de manera breve la capacidad de generar liquidez del grupo, analizada a través de su estado de flujos de efectivo. Repsol ha elevado su efectivo y equivalentes al efectivo en 2.046M€, es decir, un 34,65% en términos relativos. Que un grupo aumente o disminuya su caja entre períodos no quiere decir que sea bueno o malo por sí mismo, lo importante es el detalle de dónde viene esa caja y a qué se dedica. Repsol ha originado un flujo de caja de las operaciones acumulado muy superior al generado en el mismo periodo de 2021, pasando de 3.371M€ a 6.119M€. Por otro lado, el grupo ha incrementado sus inversiones en iguales términos comparativos, alza que previsiblemente seguiremos viendo en futuros análisis porque forma parte del plan estratégico 2021-25 invertir en proyectos con bajas emisiones de carbono (ya saben, la Agenda 2030 y ese gran interés de los grupos del Ibex en hacer caso al Gobierno de turno). Respecto, al flujo de efectivo de actividades de financiación, el grupo ha desembolsado 1.096M€. En resumidas cuentas, Repsol ha obtenido una mayor liquidez en el periodo de manera comparativa con la acumulada hasta el tercer trimestre de 2021, habiendo incluso reducido su deuda un 62% desde el pasado enero (hasta situarla en 2.181M€), hecho que no se produjo en los primeros nueve meses de 2021.
Conclusión: Repsol ha publicado unos excelentes resultados, los cuales han tenido una importante repercusión en bolsa, habiéndose producido un destacado incremento del precio de cotización superior al 5%. Al mercado, y sobre todo a los inversores, les han gustado las cifras... y mucho más que estas repercutan en el dividendo, que también crecerá. Unos números que no sólo influyen en la compañía, sino también en sus trabajadores (ha cerrado un Acuerdo Marco con los sindicatos que incluye aumentos salariales y más teletrabajo), accionistas, proveedores, clientes (descuentos en los combustibles) y el país en general (han invertido 1.000 millones anuales en sus instalaciones de refino desde 2008 que son una sólida fuente de empleo, pues de ellas dependen directamente 200.000 familias), pese a que desde el Gobierno (Pedro Sánchez, Teresa Ribera y Marisu Montero, entre otros) critiquen las cifras obtenidas por algunas energéticas y bancos para justificar su nuevo impuesto a estas compañías, el cual ya criticó Imaz al referir que “no es para los ricos”, va a dañar inversión y empleo industrial. En la conferencia con analistas, el CEO de Repsol, al estilo de lo señalado por Ignacio S. Galán (que tanto ha aludido a la falta de seguridad jurídica en los últimos meses) y por el propio Brufau, ha avisado que el impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas que quieren imponer países de la UE “crea un germen de duda” en la capacidad para invertir y ha abierto la puerta a destinar más inversiones a EEUU (algo que también quiere Iberdrola). Además, Imaz ha subrayado que la industria “no es un negocio regulado” y que, por tanto, no cuenta con beneficios extraordinarios, y ojo, porque a pesar de las cifras de ganancias que tanto critica el Gobierno aún no ha recuperado del todo las pérdidas milmillonarias obtenidas de 2019 y 2020 (en ese momento, Sánchez y compañía no ponían tanto empeño en ayudarles como ahora tienen en criticarles y colocarles un nuevo impuesto).
Y los buenos resultados también permiten que continúen las inversiones. Repsol analiza muchas cuestiones, sin prisa, y con una situación más cómoda que otras compañías ante la reducción de deuda. Es cierto que ha entrado en la puja por los activos renovables del fondo Asterion, los cuales le atraen más que los de Naturgy.