Más novedades en la burbuja especulativa con las energías renovables que hay en España y dos días después con una misma protagonista: Grenergy, la empresa que controla David Ruiz de Andrés en un 69%. Y es que ha despedido a su CEO, Pablo Otín, más de dos semanas después de conocerse el desplome del beneficio neto en un 91% en los nueve primeros meses… y los inversores no han aplaudido: la cotización baja un 3%, frente a un Ibex 35 ligeramente en color rojo (-0,7%). Se ve que no les ha gustado el despido o que tampoco se creen del todo que el motivo sean los resultados.

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La noticia ha llegado dos días después de que Grenergy se disparara un 20% en bolsa, tras vender tres parques, deuda incluida, al fondo de inversión -y muy especulativo- KKR por unos 916 millones de euros. Tres proyectos que constituyen el 23% de Oasis de Atacama, “el mayor proyecto de baterías del mundo” que está desarrollando en el norte de Chile,... y justo después de cerrar otros 299 millones de dólares (unos 285,56 millones de euros) de financiación para el mismo.

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David Ruiz de Andrés

 

Casi siete meses después de haberse convertido en CEO, Pablo Otín ha sido cesado de dicho cargo porque, según ha explicado Grenergy a la CNMV, “se requiere de un liderazgo diferente para avanzar en la consecución de los objetivos fijados para los próximos años”. Y por cierto, antes de ser CEO, Otín era el director de operaciones de la compañía de renovables, pero cuando se convirtió en su primer ejecutivo, cargo que esta entonces ejercía Ruiz de Andrés, este último pasó a ser presidente ejecutivo. Ahora, con el cese de Otín, Ruiz de Andrés pasa a ser presidente ejecutivo y CEO.

Y todo esto dentro de un contexto de burbuja especulativa con las energías renovables en España que sigue creciendo y atrayendo a inversores extranjeros, pese a rumores de pinchazo (como pasó años atrás con la inmobiliaria) y a críticas internas (como las del empresario millonario badalonés José Elías, que ahora se ha convertido en vicepresidente primero de la constructora OHLA). Una burbuja doble: por un lado, hay muchas empresas del negocio que cotizan con sonoras alzas y caídas; y por otro, múltiples operaciones de ventas de compañías, proyectos, carteras e incluso partes de todas las anteriores.