A CAF le iba bien la fuerte apuesta por la diversificación, pero llegó el Covid y después la inflación y la crisis de suministros de componentes
Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) ha recuperado algo del terreno perdido en bolsa, donde su cotización ha subido un 2,73%, tras los resultados del primer trimestre, y ya sólo acumula una depreciación del 5% durante los últimos doce meses, frente a la del 28% que tenía hace un año. Eso sí, aún hay riesgo de descarrilar y tiene tarea por delante: mejorar la rentabilidad.
El fabricante vasco de trenes y autobuses ha obtenido un resultado neto de 20,3 millones de euros entre enero y marzo, un 2% superior al del mismo periodo de 2022 (19,9 millones). El resultado de explotación ha crecido un 23%, a 43 millones, pero el margen operativo (ebit) ha descendido dos décimas, al 4,6%. En esto último ha influido el peor resultado financiero, que ha pasado de -6 a -13 millones por el mayor gasto financiero debido a la subida de los tipos de interés (los cuales, por ahora, seguirán al alza tras las últimas decisiones de la Fed y del BCE) y a una menor contribución positiva de las diferencias de cambio. La compañía con sede en Beasáin (Guipúzcoa) ha destacado que ha sido un resultado operativo al alza y rentabilidad aún mermada aunque en línea con las previsiones.
CAF ha elevado sus ingresos un 29%, a 952 millones, de los que 738 millones (+28%) han correspondido al negocio ferroviario y los 214 millones (+35%) restantes al de autobuses. Y todo ello a pesar de que ha caído la contratación un 33%, a 768 millones, y que no incluye 450 millones en contratos adjudicados que aún no han sido firmados (entre ellos, uno con Renfe). El fabricante de trenes y autobuses que preside Andrés Arizkorreta y dirige Javier Martínez Ojinaga destaca que casi el 50% de esa contratación trimestral ha correspondido a ampliaciones de contratos, a varios contratos de mantenimiento y de sistemas, y a una alta concentración de los nuevos pedidos en sus geografías de mayor interés. Por su parte, la cartera de pedidos continúa en niveles máximos, al situarse en 13.066 millones (-1%), de los que 12.156 millones corresponden a trenes y 910 millones a autobuses, y que aseguran la actividad de la compañía para medio plazo.
CAF tiene entre sus principales accionistas a sus propios empleados (dueños del 24,973% del capital) y a Kutxabank (14,056%). Les siguen: Indumenta Pueri -holding familiar de los hermanos Domínguez de la Maza, que son dueños, entre otras cosas, de la marca de ropa infantil Mayoral-, con un 5,022% del capital; Daniel Bravo (5%), el Instituto Vasco de Finanzas (3%) y la gestora de inversión independiente Invesco (1,107%). La compañía aspira a una recuperación progresiva de la rentabilidad para el resto del año, pero es algo que no dependerá sólo de su gestión y de la recuperación de Solaris (la división de autobuses eléctricos e híbridos), sino también de que continúe la situación actual de suministro de componentes y de las perspectivas económicas estables de los principales organismos internacionales. Y recuerden que en 2022 recibió castigo bursátil al desplomarse su beneficio (-39%).