CAF tiene dos contratos de tranvías en Israel, que entre otros aspectos incluyen el suministro de trenes basados en la plataforma Urbos (la cual también usa el tranvía de Luxembrugo)
A Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se le ha vuelto a atragantar Israel y sufre en bolsa. Unas semanas después de no adjudicarse la línea azul del tranvía de Jerusalén, ahora afronta el conflicto entre Israel y los fanáticos de Hamás, que podría durar bastante tiempo y al cruce de bombardeos podría sumarse la ofensiva terrestre israelí.
La cotización del fabricante vasco de trenes y autobuses baja 1,60% este lunes, frente a un Ibex 35 que lo hace un 0,90%. Claro que en los últimos cinco días acumula una depreciación del 6,76% y del 14,42% en el último mes. En esto, por el momento, ha pesado más la pérdida del proyecto de la línea azul del tranvía de Jerusalén, que se adjudicó el consorcio hispano-israelí JTrain que incluye a la constructora catalana Comsa.
Los analistas del Banco Sabadell han señalado que el nuevo contexto de conflicto bélico en Israel supone una noticia de sesgo negativo pero de impacto limitado, por ahora, dado que los proyectos de CAF en el país suponen en torno al 7% de su cartera. En concreto, trabaja en dos líneas del tranvía de Jerusalén y en una del tranvía de Tel Aviv.
El fabricante de trenes y autobuses puso Israel en su mapa en agosto de 2019, cuando el consorcio TransJerusalem J-Net (del que forma parte junto a la constructora israelí Shapir) se adjudicó un proyecto del tranvía de Jerusalén que superaba los 1.800 millones de euros: en concreto, la construcción de 27 nuevos kilómetros de vía, 53 nuevas estaciones y varios depósitos para la extensión de la línea roja y la ejecución de la nueva línea verde. La parte del proyecto para CAF supera los 500 millones y abarca la fabricación de nuevas unidades y la rehabilitación de las existentes; así como el suministro de los sistemas de señalización, energía y comunicaciones; y la participación al 50% en la sociedad SPV, que se encargará de la operación y mantenimiento de ambas líneas por otros 1.000 millones. En el momento de la adjudicación, CAF preveía que la nueva red estuviera completamente operativa en 2025.
A finales de enero de 2022, el consorcio de CAF y Shapir sumó la adjudicación de la línea morada del tranvía de Tel Aviv: en concreto, el diseño, la construcción y el mantenimiento durante 25 años por una inversión de 1.015 millones, incluyendo 45 estaciones y un depósito, así como el suministro de 98 nuevos tranvías y los sistemas de señalización, energía y comunicaciones. El importe de la parte de CAF en este proyecto se estimaba en 525 millones, al que se sumaba la participación al 50% en la sociedad SPV que se encargará de la actividad de mantenimiento de la línea que estará operativa en 2027.
CAF cuenta ahora mismo con dos proyectos en Israel que suponen en torno al 7% de su cartera: la línea verde y la línea roja del tranvía de Jerusalén que se preveía que estuviera operativa en 2025 y la línea morada del tranvía de Tel Aviv para empezar a operar en 2027
Ante el nuevo contexto de conflicto y en función de su duración, podría haber retrasos en ambos proyectos. Asimismo, cabe recordar que en su día, el relacionado con la línea verde y la línea roja del tranvía de Jerusalén no gustó al comité de empresa porque recorría territorio palestino para servir a las colonias judías en el este de la ciudad. Más recientemente, hace cuatro meses, CAF encargó un informe independiente de impacto social que entregó al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, tal y como le había pedido este último después de que Amnistía Internacional publicara una nota titulada ‘El tranvía de CAF en Jerusalén: próxima parada, apartheid’ asegurando que “se hace partícipe -y beneficiaria- de la ocupación”. La compañía con sede en Beasáin (Guipúzcoa) respondió con el citado informe, donde se apuntaba que sus actividades “en Jerusalén Oriental no sugieren un escenario de fallo de sus sistemas de debida diligencia en materia de derechos humanos”, como informaron El Periódico de España y El Periódico. Y por cierto, en este proyecto de CAF también trabajan otras dos empresas españolas: GMV, que provee a los vehículos de sistemas de localización automática, y Typsa, la cual contribuye en el tema del diseño.