Chery no sólo venderá coches de la marca Omoda en España, también los fabricará aquí, y en unos meses traerá la marca Jaecoo
El fabricante automovilístico chino Chery Group se puede considerar un tanto caradura y elevará la imparable colonización automovilística china de España… Y ojo, lo hará con apoyo del Banco Santander.
Tristemente, se ha confirmado lo que Hispanidad temía desde hace un mes, cuando se conoció que el banco que preside Ana Botín (y muy bien remunerada -12,2 millones de euros en 2023-, por ello) iba a financiar las ventas de los coches de la marca china BYD en Reino Unido, México y Brasil, obviando la falta de reciprocidad en el gigante asiático tanto para los grupos automovilísticos de otros países como para los bancos.
El Banco Santander, a través de su unidad de financiación al consumo (Santander Consumer Finance), también financiará las ventas de coches de la marca china Omoda, propiedad de Chery Group, en su aterrizaje en nuestro país con el modelo Omoda 5 (que se ha puesto a la venta desde 27.900 euros). En este primer momento, dicho modelo sólo estará disponible con motor de gasolina... en pleno fracaso del coche eléctrico en varios países y marcas (el último síntoma se ha visto en el freno que ha dado a su apuesta eléctrica el grupo alemán Mercedes-Benz), pero más adelante prevé que llegue la versión 100% eléctrica. Conviene recordar que dicho banco también financia a la marca automovilística británica Lotus, que controla el gigante chino Geely -dueño a su vez de los suecos Volvo Group y Volvo Cars, y de su filial de coches eléctricos premium Polestar- en varios países (Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, Austria y EEUU).
Chery Group se puede considerar un tanto caradura: su vicepresidente, Charlie Zhang, afirma que “los europeos, durante décadas, hicieron negocios allí vendiendo sus vehículos. En China, la actividad está abierta al 100% para el sector automovilístico
Decíamos que Chery Group se puede considerar un tanto caradura, sobre todo, tras las palabras de su vicepresidente, Charlie Zhang, en un encuentro con algunos periodistas en Madrid. Y es que no ha tenido reparos en referir que “durante muchos años, las compañías extranjeras en China gozaron de un trato de favor en comparación con las propias compañías chinas. Los europeos, durante décadas, hicieron negocios allí vendiendo sus vehículos. En China, la actividad está abierta al 100% para el sector automovilístico”. ¿En serio? Más valdría que preguntara a todas esas compañías extranjeras si opinan lo mismo o no.
Esa es la respuesta de Zhang ante las quejas desde algunas compañías automovilísticas y después de que el pasado otoño Bruselas abriera una investigación formal sobre las ayudas chinas a coches eléctricos tras constatar un fuerte aumento de las importaciones de estos a la Unión Europea. También parece una respuesta al veto que el presidente francés, Emmanuel Macron, puso a las ayudas a coches eléctricos fabricados en China: tanto los de grupos del gigante asiático como los de cualquier marca de otro país que se fabriquen allí no podrán beneficiarse de incentivos fiscales en su compra.
Recuerden que desde el estadounidense Tesla, su fundador y CEO, Elon Musk, pidió barreras comerciales frente a las marcas de coches del gigante asiático, porque si no se ponen aranceles o barreras, “demolerán a la mayoría de las empresas automotrices del mundo”. De hecho, Musk teme, y mucho, al grupo chino BYD, que en el cuarto trimestre de 2023 superó a Tesla tanto en ventas como producción. En esta misma línea de advertencia, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, apuntó que “Europa dejó entrar a las marcas chinas sin pensar en las consecuencias para la gente”, en una entrevista en Challenges. Es más, avisó que “China podría destruir la industria automovilística europea” por la apuesta por el coche eléctrico y porque allí los costes de producción son un 30% más bajos al controlar todo el suministro de materias primas necesarias.
Zhang defiende que haya un “terreno de juego nivelado” para las marcas europeas y las chinas. ¡Qué considerado! Todo esto después de que muchos fabricantes (Tesla y Stellantis, entre otros) pidieran barreras y de que la Comisión Europea esté investigando las ayudas chinas a sus coches
Charlie Zhang defiende que haya un “terreno de juego nivelado” para las marcas europeas y las chinas. ¡Qué considerado! Todo esto después de que muchos fabricantes (Tesla y Stellantis, entre otros) pidieran barreras y de que la Comisión Europea esté investigando las ayudas chinas a sus coches. ¡Olé! Cabe recordar que el gigante asiático que preside Xi Jinping no tiene problemas para vender en Occidente sus productos, aunque como a la mayoría de las marcas asiáticas no le gusta eso de crear empleos industriales fuera de sus fronteras porque las condiciones laborales no podrían ser tan precarias y le supondrían costes más altos. Al mismo tiempo, pone múltiples trabas a las empresas que se quieren instalar allí para producir y vender sus productos. Lo que supone, como diría el refrán, una tarea de chinos... a pesar de lo que diga Zhang de “trato de favor”.
Al hilo de que la creación de empleos industriales en España no gusta a las marcas automovilísticas asiáticas (hasta ahora, sólo Toyota lo hace de forma mínima -un modelo- e indirecta -se lo fabrica Stellantis en la planta de Vigo-), parece que Chery Group también quiere ser una pequeña excepción. Y es que está conversando para establecer una planta de ensamblaje en la Zona Franca de Barcelona, creando unos 1.000 puestos de trabajo, algo que permitiría recolocar a 900 extrabajadores de Nissan que aún no han encontrado trabajo. Eso sí, esos 1.000 son muy pocos en comparación con los 2.525 que empleaba el fabricante automovilístico japonés antes de dejar de producir en la Ciudad Condal a finales de 2020.