Catar es un país árabe situado en el Golfo Pérsico que, al igual que otros de sus vecinos, lleva años avanzando en la colonización de Occidente y siendo blanqueado, de hecho, se ha convertido en uno de los mayores inversores en España. Sin embargo, ahora cobra relevancia tras el ataque terrorista de Hamás a Israel que ha provocado el inicio de un nuevo escenario de conflicto bélico, porque lleva años ofreciendo apoyo financiero y político a los fanáticos terroristas de Hamás.

Antes de entrar más en detalle sobre Catar, cabe referir que las agencias internacionales señalan que está detrás de la financiación de Hamás. Asimismo, a todo el mundo (empezando por Israel) le ha sorprendido la rapidez del ataque y lo bien planeado que estaba, resurgiendo el fantasma del Yom Kippur, y también el armamento tan moderno con el que contaban los terroristas. Nuestro ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, sí ha estado más acertado que su jefe, Pedro Sánchez, al hablar de ataque terrorista, mientras este último presumía de haber hablando con dos generales españoles que se encuentran en la Misión de Naciones Unidas en Líbano donde hay soldados españoles. 

Recuerden que el anterior emir de Catar, Hamad bin Jalifa Al Thani (padre del actual, Tamim bin Hamad Al Thani, en quien abdicó en junio de 2013), visitó la Franja de Gaza hace once años. Un viaje con el que se convirtió en el primer jefe de Estado árabe en visitar est territorio palestino desde que Hamás asumiera su control en 2007.

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Ahora, tras el ataque de Hamás a Israel, Catar está tratando de liderar un acuerdo de intercambio de urgencia de prisioneros entre ambas partes, según la agencia de noticias china Xinhua. En concreto, la propuesta de Catar implica la liberación de mujeres retenidas por Hamás a cambio de la liberación de prisioneras palestinas retenidas en Israel, y al parecer, tiene el apoyo de EEUU.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, ha mostrado su apoyo a “la legítima defensa de la nación palestina”. Por su parte, el grupo terrorista libanés Hezbolá ha abierto un segundo frente en el conflicto, en concreto en la frontera norte de Israel

En paralelo, The Wall Street Journal ha señalado que Irán (país donde impera la rama chií del islam) ayudó a planearlo, algo que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, no ha confirmado, aunque sí que ha mostrado su apoyo a “la legítima defensa de la nación palestina”. Por su parte, el grupo terrorista libanés Hezbolá (que es musulmán chií) ha abierto un segundo frente en el conflicto, en concreto en la frontera norte de Israel. Mientras Arabia Saudí (país donde manda la rama suní del islam) ha puesto el grito porque hace unos días recibió la primera visita de un primer ministro israelí (Benjamin Netanyahu se reunió con Mohamed bin Salmán), lo que supuso un gran avance de cara a lograr un acuerdo histórico entre los dos países, bajo la mediación de EEUU, que supondría cerrar un mutuo reconocimiento diplomático.

En este contexto de un nuevo conflicto en Israel, que ya ha elevado el precio del petróleo y ha pasado factura en las cotizaciones de IAG y CAF, no hay que olvidar que Catar es uno de los mayores inversores en España. De hecho, es el primer accionista de la eléctrica Iberdrola al ser dueño del 8,694% a través del fondo soberano QIA; del holding aéreo IAG, con un 25,1%, a través de la aerolínea Qatar Airways; y de la socimi Colonial, con un 19,028%, vía QIA. Asimismo, está presente en el accionariado de El Corte Inglés, donde llegó a tener un 11,07% y ahora sólo posee un 5,54%; y en el de PRISA, donde tiene una participación del 4,918%. Además, es dueño del Málaga Club de Fútbol.

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Claro que Catar no se conforma con invertir en España. También se ha convertido está presente en los accionariados de: los bancos Barclays, Credit Suisse (ahora propiedad de UBS) y Deutsche Bank, el grupo automovilístico Volkswagen, Deutsche Bank, el grupo industrial Lagardère, la petrolera Shell, Avangrid -filial de EEUU de Iberdrola-, Hochtief -filial alemana de ACS-, por ejemplo; y además participa en la cadena de supermercados Sainsbury’s, en la sociedad propietaria del Empire State de Nueva York, y en HAL-el gestor del aeropuerto de Heathrow que tiene como primer accionista a Ferrovial-. Por si esto no bastara, Catar es propietario de los grandes almacenes Harrods, el club de fútbol PSG y se ha hecho recientemente con el World Padel Tour (WPT), es decir, el circuito mundial de pádel profesional; además, acogió el Mundial de Fútbol de 2022 y es  escenario de un gran premio de Fórmula 1.

Inversiones en empresas de todo tipo y en deportes que ayudan a Catar a blanquear su régimen musulmán (algo en lo que han tenido algo de ayuda de Joe Biden), e incluso han entrado en el soborno a Europa, pero pese a todo esto en España se rinde pleitesía al emir catarí como se vio en su última visita.