Cellnex ha dado un paso más en su estrategia actual de desinversiones y ha puesto en marcha la venta de su negocio en Suiza -posee el 72% de su filial, que gestiona unos 6.000 emplazamientos-, valorado en unos 2.000 millones de euros. El 28% restante es propiedad de Swiss Life Asset Managers.

La operación, adelantada el martes por Bloomberg, apenas ha tenido repercusión en la cotización, que este miércoles ha cerrado con una caída del 0,15%, frente a un Ibex un 0,4% arriba, tras subir el martes un 2,19%. En lo que va de año, las acciones de la compañía que dirige Marco Patuano se han revalorizado un 7,44%, hasta los 33,50 euros en los que ha cerrado este miércoles.

Lo que muestra esta venta, que se suma a las ya ejecutadas de Austria, Irlanda, Suecia y Dinamarca, es que los fondos quieren dinero contante y sonante. La etapa expansiva terminó con Tobías Martínez, en la que la ausencia de dividendo se suplió con una importante revalorización de las acciones.

Patuano tiene otras prioridades, principalmente reducir deuda y repartir dividendo, sobre todo por la presión del agresivo fondo TCI. “Tenemos fondos que quieren dividendos”, admitió el propio CEO durante la presentación de resultados de 2024. Y el problema, si se puede considerar así, es que los fondos entraron con la acción alta.

Eso sí, el esqueleto de Cellnex sigue siendo el quinteto formado por España, Francia, Italia, Reino Unido y Polonia.