Filipe Silva, ex CEO de Galp
Filipe Silva ha cesado de manera fulminante como consejero delegado de Galp, “por motivos familiares”. Esa es la razón oficial y, en cierta manera es así, porque la verdadera razón, desvelada por el medio portugués Eco, es que había mantenido una relación sentimental con alguien de la empresa que, lógicamente, estaba por debajo de él en el escalafón.
La ética de la empresa portuguesa dice que puedes hacer cualquier barbaridad, pero no con un empleado de la misma empresa: no ayuda al rendimiento
El caso Silva nos recuerda al de Bernard Looney, que ejerció de CEO en la británica BP hasta que una información anónima desveló que había mantenido relaciones íntimas con varias compañeras de la empresa. Ya ven: puedes hacer cualquier barbaridad, pero no con un empleado de la misma compañía: no ayuda al rendimiento. No importa la ética, sino la eficacia.
Sin duda, se trata de una moral un tanto especial, pero sorprende que en época de sexo fluido, las empresas se vuelvan puritanas.
Una moral un tanto especial, pero sorprende que en época de sexo fluido las empresas se vuelvan puritanas
“Las personas de Galp tienen la obligación de reconocer cuándo se encuentran, pueden estar o pueden ser percibidas en una situación que constituye un conflicto de intereses. En circunstancias en que identifiquen un conflicto de intereses, deberán reportarlo a través de la plataforma existente para tal efecto, a fin de que se puedan tomar medidas para eliminar o gestionar dichos conflictos…”, afirma el Código Ético y Conducta de la energética.