Dicen que la guerra es al sector de la Defensa lo que la pandemia fue para los fabricantes de geles, mascarillas, y por supuesto, para las farmacéuticas.

Así que, la escalada bélica a la que estamos asistiendo estos días, puede ser un revulsivo para las empresas de armamento que, desde hace un par de años largos, desde el inicio de la guerra de Ucrania, han disparado su cotización en Bolsa.

En concreto, el índice MSCI World Aerospace & Defense que las agrupa, se revaloriza, de enero a septiembre, un 24%, mientras que, en el último año, sube un 40%.

Importante para los analistas que siguen Indra es la compra de Hispasat, propiedad de REE, que tiene un buen encaje estratégico y geográfico”, opinan, “sobre todo porque la incorporación de servicios aeroespaciales equipararía a Indra a las principales compañías del sector en Europa

Por compañías, esta evolución es mucho más evidente. La alemana Rheinmetall es la que más se ha disparado: sus acciones han pasado de 95,7 euros de 2022 a los 488 actuales. Es decir, valen un 413% más; las de Leonardo han aumentado un 138%; las de BAE Systems, un 110%; las de Dassault Aviation, un 97%; las de Thales, un 74%.

Mucho menos ha subido Airbus que hace un par de años cotizaba en los 103 euros y ahora sus títulos valen 131. “La compañía ha estado muy penalizada desde que se convocaron las elecciones legislativas en Francia”, aseguran los expertos que, de momento, no ven mucho más recorrido a su cotización.

Hasta tal punto las perspectivas son positivas que Rheinmetall, por ejemplo (a pesar de que el Gobierno de Olaf Scholz ha decidido reducir la ayuda militar a Ucrania por los recortes presupuestarios), está absorbiendo a trabajadores procedentes del motor, concretamente de Continental, uno de los mayores proveedores de automoción del mundo.

Un impulso para el sector puede ser también que la Unión Europea haya decidido nombrar un comisario de Defensa y Espacio por primera vez. El cargo ha recaído en ex primer ministro lituano, Kubilius Andrius…que “trabajará en el desarrollo de la unión de defensa europea y en el impulso de nuestra inversión en capacidad”, decía Von der Leyen.

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“La designación de un comisario en el sector de defensa”, señala Gustavo Martínez, profesor de Finanzas de la Universidad Francisco Marroquín y analista de Mercados, “puede impulsar a las compañías si las políticas fomentan la inversión, innovación y estabilidad, pero también puede plantear desafíos si introduce más barreras regulatorias, limita la competencia o concentra el poder en pocas empresas. El efecto final dependerá en gran medida de cómo el comisario equilibre la necesidad de seguridad y regulación con el apoyo a la industria y el crecimiento económico”. 

La alemana Rheinmetall  está absorbiendo a trabajadores procedentes del motor, concretamente de Continental, uno de los mayores proveedores de automoción del mundo

“Venimos de unos años muy poco belicistas en Europa, y eso está cambiando tal y como reflejan estas empresas que marchan al compás de la mayor necesidad de financiar a los Ejércitos por parte de los países europeos”, explica Pablo García director general de Divacons-AlphaValue.

El gasto en defensa de la OTAN en su conjunto aumentó más del 9% en 2023 y se prevé que aumente otro 18% en 2024. Según un informe reciente, 23 de los 32 miembros de la alianza alcanzarán el objetivo de gastar al menos el 2% de su PIB en defensa este año. Esto representa un aumento significativo en comparación con hace sólo una década, cuando sólo tres países cumplían con este objetivo.

Pero, además, las compañías están pendientes de la posibilidad de que Donald Trump asuma de nuevo la presidencia de los Estados Unidos, especialmente por su insistencia en exigir a Europa que invierta más, y que destine un peso relativo razonable de su PIB al sector.

Y dentro de este escenario, ¿qué papel juega la española Indra?

“El caso de Indra no es comparable”, dice Pablo García, “porque es especialmente una compañía de tecnologías de la información que tiene una parte de defensa no muy grande, todavía. De la cifra total de negocio (unos 3.700 millones aproximadamente), sólo un 20% es atribuible a esta división”.

Una división por la que Indra apuesta en su plan estratégico 2024-2026, junto al negocio Aeroespacial.

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El índice MSCI World Aerospace & Defense que agrupa las empresas del sector, se revaloriza, de enero a septiembre, un 24%, mientras que, en el último año, sube un 40%

 “El posicionamiento de Indra y el fuerte aumento del gasto en Defensa previsto en todo el mundo llevan a la compañía a acelerar su transición para cumplir su visión de convertirse en referencia de este sector y a ser más activa coordinando proyectos multinacionales”, explican los expertos. Proyectos como el FCAS, (futuro sistema aéreo de combate europeo), el Eurofighter, y, en otros, los sistemas de radares y simulación de helicópteros, además de fragatas o el carro blindado 8x8.

Pendiente, e importante para los analistas que siguen el valor, la compra de Hispasat, propiedad de REE, que tiene un buen encaje estratégico y geográfico”, opinan, “sobre todo porque la incorporación de servicios aeroespaciales equipararía a Indra a las principales compañías del sector en Europa, que ya han integrado estas soluciones a su cartera de productos de Defensa”.

Porque además de la creación de Indra Espacio S.L. que concentra el conjunto de actividades de la unidad de negocio espacial, la venta de Minsait, filial especializada en servicios de consultoría TI y transformación digital, para la que Indra ‘busca socio’, será fundamental para acelerar inversiones. “La combinación de Defensa y Minsait”, explican desde Renta 4, “permitirá aprovechar las sinergias en dos sectores estratégicos y, sobre todo, complementarios”.

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