Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV
La verdad es que, tengo que reconocer, he dormido mucho más tranquila esta noche sabiendo que ya ha habido fumata…¿blanca…?, fumata…¿negra?, (eso no me ha quedado muy claro señor Buenaventura) respecto al estado financiero, contable y reputacional de Grifols que ha analizado el informe de la CNMV, y cuyas conclusiones se han conocido casi tres meses después de que la farmacéutica se desplomara en Bolsa, ‘víctima’ de la ofensiva de Gotham.
Y si los inversores interpretaban positivamente, a primera hora de la mañana, lo que concluye el documento del organismo que preside Rodrigo Buenaventura en el que se dice que hay deficiencias contables en sus cuentas, que el pasivo es el que es, (claro …eso es irrefutable) y que no es necesario reformular las cuentas de la compañía, ahora han vuelto los números rojos y los títulos bajan, con contundencia un día más, y caen un 7%.
La CNMV ya no actuó como se supone que debería haber actuado en enero, es decir, suspendiendo la cotización de Grifols, el primer día en el que se hizo público el informe de Gotham, cuando la acción llego a perder un 40%
Pero más allá de la reacción de incontrolada volatilidad en la cotización de Grifols, en la que se mueve la compañía desde el pasado 9 de enero, el desprestigio de la CNMV es incuestionable hasta tal punto que Rodrigo Buenaventura debería presentar la dimisión.
Lo que dice Gotham City en los diferentes informes es que la familia ha vaciado la compañía (a través de un vehículo patrimonial) y que la compañía no vale nada. Y esto, son palabras mayores.
Si esto es así, los propietarios de Grifols han engañado a todos los accionistas. Se supone que España es un país serio, que tenemos una CNMV que es la encargada de vigilar asuntos como este, que se asume protege a los pequeños accionistas respecto a los grandes, como familia Grifols, y, sin embargo, el comportamiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha sido, y es penoso.
La Bolsa española, todas las empresas que cotizan en ella, no pueden estar en cuestión por un informe de una agencia de análisis que, según los expertos, es muy sencillo de rebatir (si es que hay que hacerlo). Si lo que dice Gotham es verdad, la CNMV tiene que ‘empapelar’, estrechar el cerco a los Grifols, y ser mucho más dura, incluso, de lo que sería la SEC en Estados Unidos. Si no es verdad, hay que rebatirlo con datos y explicarlo a los inversores, y así, la acción no estaría sumida en ese vaivén de locos en el que lleva desde primeros de año.
El desprestigio de la CNMV es total. No se puede permitir que, por la situación, y las circunstancias contables de una empresa insignificante, si la comparamos con los gigantes que cotizan en el Ibex, como Grifols, se esté poniendo en cuestión a toda la Bolsa española.
Recordar que la CNMV ya no actuó como se supone que debería haber actuado en enero, es decir, suspendiendo la cotización de Grifols, el primer día en el que se hizo público el informe de Gotham, que inauguraba todo un culebrón de documentos que sigue publicando día de hoy.
Y respecto a Monserrat Martínez Parera, no sólo no se le va recriminar su pésima actuación en el asunto gravísimo de Grifols, sino que, al parecer, se le va a premiar nombrándola subgobernadora del Banco de España
El Gobierno quiere sustituir a Hernández de Cos por Ángel Ubide y que Martínez Parera sea su segunda.
De Ubide destacan, los que siguen estos asuntos, sus vínculos con el PSOE, concretamente con Pedro Sánchez.
Lo que dice Gotham City en los diferentes informes es que la familia ha vaciado la compañía (a través de un vehículo patrimonial) y que la compañía no vale nada. Y esto, son palabras mayores
De Monserrat Martínez, sus relaciones con el PSC, y que ya pasó por la Plaza de Cibeles porque fue jefa de gabinete de Fernando Restoy cuando este era subgobernador del Banco de España en tiempos de Luis María Linde.
Se dice que el PSOE, que el Gobierno, exige al PP un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, a cambio de no romper el pacto no escrito por el que, el partido en el poder (se entiende que PP o PSOE), nombraba al Gobernador del Banco de España, y el que está en la oposición, al subgobernador.
Algo que ya se pasó por el arco del triunfo, (perdonen la expresión) José Luis Rodríguez Zapatero cuando colocó a Miguel Ángel Fernández Ordoñez (MAFO) como gobernador y a José María Viñals como número dos del supervisor, en 2006.