Si las acciones de Grifols zanjaron el viernes pasado (día de la Junta de accionistas) con caídas del 0,65%, hoy lunes 17 de junio comenzaban la sesión con un subidón considerable que ha rozado el 4%. De los 9 euros pasaban a los 9,43 en los primeros compases de la jornada, alegría en la cotización que después se desinflaba y cerraba en números rojos.

Los inversores aplauden un par de cosas: que la empresa ha comunicado que su filial Biotest ha recibido el visto bueno de la FDA de Estados Unidos para Yimmugo, inmunoglobulina intravenosa para el tratamiento de las inmunodeficiencias primarias.

Aprobación en un momento clave para la compañía que intenta recuperar la confianza del mercado tras el terremoto bursátil que supusieron, a primeros de año las graves acusaciones del fondo bajista Gotham City Research.

Pero además de culminar con éxito esta venta del 20% de Shanghai Raas, el nuevo CEO, Nacho Abia, tiene dos retos más, muy complicados, que son generar caja y reducir deuda

Además, los inversores están pendientes de lo dicho por Grifols en la Junta de accionistas celebrada hace apenas tres días. En concreto, que iba a cerrar esta misma semana la venta del 20% de Shanghai Raas a Haier por un importe de 1.800 millones de dólares (1658,6 millones de euros), a través de su filial Qingdao Medical Haier Medical Technology.

“Salvo que haya un terremoto, no hay ningún impedimento para cerrar la venta la semana que viene (esta semana), cuando viajaremos a China”, señalaba el presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann. ¡Cuidado Glanzmann que Gotham está al acecho y podría aguarte la fiesta!

Pero además de culminar con éxito esta venta (pendiente desde finales de 2023), el nuevo CEO, Nacho Abia, tiene dos retos más muy complicados que son generar caja y reducir deuda. Y es que… si no se logra lo primero... cumplir con el segundo objetivo es prácticamente imposible.

En el primer trimestre de este año, el flujo de caja libre ha sido negativo en 253 millones de euros, con un descenso interanual de 109 millones.

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“La compañía tiene muchas dificultades para generar flujos de caja libre positivos además de un alto endeudamiento con un plan de refinanciación que saldrá más caro que hace unos años, por los altos tipos de interés y la peor calificación crediticia”, señalan los expertos consultados.

Y para reducir deuda, es imprescindible la desinversión en la empresa china y lo obtenido por la reciente emisión de deuda. “La situación financiera sigue siendo complicada, con unos 2.900 millones de euros en vencimientos para el 2025. Por este motivo, la compañía ha emitido un total de unos 1.300 millones de euros en bonos por un coste efectivo de alrededor del 7,8% (un coste bastante mayor al de la deuda que amortizará con este capital)”, explica Javier Cabrera de XTB para añadir que, la venta de activos y las nuevas emisiones de deuda no tienen un recorrido muy largo. 

La deuda financiera neta de Grifols alcanzaba en el primer trimestre de este año los 10.948 millones, cifra que incluye 1.137 millones de las obligaciones financieras relacionadas con los alquileres de los centros de plasma.

Sin este apunte, la deuda financiera neta se ha situado en 9.811 millones de euros, un ratio de 6,8 respecto al Ebitda. Al cierre de 2023 era de 9.416 millones de euros, 6,3 veces.

El objetivo de Grifols es cerrar el ejercicio de 2024 con una ratio de 4,5 veces para lo que la compañía confía en la propia buena evolución del negocio y, casi, casi, (añado yo) en un milagro.

Las acciones de Grifols siguen cotizando más de un 35% por debajo de lo que empezaron el año, aunque la situación se ha estabilizado

Las acciones de Grifols siguen cotizando más de un 35% por debajo de lo que empezaron el año, aunque la situación se ha estabilizado.

Un apunte más...importante. La pasada Junta, la primera de Nacho Abia, aprobó el plan de remuneraciones…polémico pero que, finalmente, salió adelante

Así que, bendiciones al generoso sueldo del CEO recién llegado por 3,8 millones de euros anuales (2 millones en efectivo y 1,8 millones en acciones), más, ¡atención¡, el pago de bienvenida denominado ‘golden hello’ de 1,5 millones de dólares, “una medida extraordinaria justificada únicamente en este caso específico”, por la renuncia a los incentivos que el nuevo CEO de Grifols ha hecho al dejar su antigua empresa, Olympus, tras 20 años.

A Thomas Glanzmann, sin embargo, le han bajado el sueldo de los 2 millones de euros, a 1,2.