Jensen Huan, cofundador, presidente y CEO de Nvidia
Resultados de Nvidia publicados al cierre de Wall Street. Y.. ¿qué ha pasado? Pues que las cuentas inquietan. Y, ¿por qué inquietan, a pesar de los incrementos espectaculares en ventas y beneficio? Preocupan porque para el cuarto trimestre del ejercicio fiscal prevé que se modere el margen y pase a ser del 73% frente al 75% del tercer trimestre y, aunque los ingresos van a seguir subiendo, el ritmo va a ser menor al que se ha producido durante el tercer trimestre.
“No son para tirar cohetes las expectativas, que es lo que ha podido pesar y justificar las caídas del valor, pero no decepcionan respecto a las guías previstas por el consenso”, explica Pablo García, director general de Divacons Alphavalue.
Descensos que han llegado a ser del 5%. Cerró la sesión del miércoles con caídas del 0,76%, hasta 145,89 dólares, tras tocar máximos históricos en los 149,77 dólares el pasado martes.
Y preocupa también que, en el call con analistas de Jen-Hsun Huang, el CEO de la compañía ha tenido que dar muchísimas explicaciones sobre el chip de IA Blackwell. Dice que hay mucha demanda y que está en proceso de producción. Pero la circunstancia de que, precisamente, se le pregunte mucho y que no quede claro para el que busca información, al final, genera inquietud.
Recordar que Nvidia le está costando atender la demanda de sus productos por los problemas generados en el desarrollo de Blackwell.
Preocupa que, en el call con analistas de Jen-Hsun Huang, el CEO de la compañía ha tenido que dar muchísimas explicaciones sobre el chip de IA Blackwell, que no han convencido
"Las expectativas de Blackwell, con una producción en plena ebullición, son increíbles”, insiste la tecnológica que, ante las dudas y la posibilidad de nuevos retrasos, ha explicado, lo ha hecho el propio Huang, que "este trimestre vamos a entregar más Blackwell de lo que habíamos estimado previamente".
En cualquier caso, este contexto de previsiones tenemos que situarlo en el histórico de una compañía que ha subido de manera espectacular. Cotiza en el rango de los 147 dólares, y hoy mismo HSBC acaba de bajar el precio objetivo hasta los 195 dólares, como respuesta a los resultados publicados, lo que lo sitúa, aun así, muy por encima de su valor en Bolsa.
Cifras que han estado por encima de las expectativas: ingresos de 35.080 millones de dólares, respecto a los 33.035 millones que esperaba el consenso del mercado, crecimiento del 94%. Ha sido el nicho de centros de datos su principal catalizador, que contabiliza 30.080 millones y dobla los 14.500 del año anterior además de colocarse más allá de los 29.000 millones previstos.
Los beneficios escalan hasta los 19.309 millones sobre los 9.243 de hace un año.
“La propia Nvidia es su mayor enemigo”, señala Pablo García, director general de Divacons Alphavalue, porque son habitualmente tan altas las expectativas que siempre hay un grado de decepción en el mercado. “Las cifras son buenas, mejores de lo previsto en su tercer trimestre fiscal, sin embargo, en el after market,(mercado fuera de horas) los títulos caen un 2,5%.”
Los inversores descuentan que, trimestre a trimestre, Nvidia superará previsiones e, incluso, al mercado, a veces, no le basta con eso.
La compañía ha triplicado su valor en Bolsa este 2024 con un revalorización, que supera el 200%. Capitaliza por más de 3,5 billones de dólares y ha superado a Apple (3,45) o Microsoft (3,09).
Ha sido el nicho de centros de datos su principal catalizador, que contabiliza 30.080 millones y dobla los 14.500 del año anterior además de colocarse más allá de los 29.000 millones previstos
Es más, su velocidad de crecimiento fulmina a la de estos gigantes tecnológicos, a pesar de tener menos ingresos y beneficios.
Desde este mismo mes de noviembre, forma parte del índice Dow Jones de Industriales que agrupa a 30 de las principales empresas de Estados Unidos, en sustitución de Intel, que se habían incorporado en 2011 al selectivo más conocido de Wall Street.
Nvidia ha pasado de ser una pequeña empresa (fundada en 1993) dedicada a los videojuegos a un gigante proveedor de chips para inteligencia artificial (IA).
La compañía nació con un capital inicial de 40,000 dólares. Al principio no tenía nombre y los socios fundadores llamaban a todos sus archivos NV, es decir, next version (próxima versión). Finalmente buscaron una palabra que contuviera esas dos letras y dieron con el término latino invidia. Lo fusionaron y… ‘voilá’, acababa de nacer la que sería la ‘sturtup del billón de dólares’ gracias a IA.
Fundada por Jensen Huang, Chris Malachowsky y Curtis Priem, Huang es su cara visible, pero… no debemos confundirnos porque Huang no es uno de esos gurús que deja frases para enmarcar cada vez que presenta uno de sus productos.
Jensen dice de sí mismo que aún queda mucho de aquel chaval que era muy buen estudiante y siempre estaba concentrado y motivado. “Pero era muy introvertido. Era increíblemente tímido”, reconoce: “Me horrorizaba la idea de tener que hablar con la gente”.
La propia Nvidia es su mayor enemigo porque son habitualmente tan altas las expectativas que siempre hay un grado de decepción en el mercado
Al parecer, lo que acabó con el caparazón que le impedía relacionarse con el mundo, no fue el master para directivos que cursó en Stanford, la prestigiosa universidad de Silicon Valley, sino servir mesas en una cafetería y también el tenis de mesa, deporte con el que llegó a competir en el Abierto de EEUU y lograr ser tercero en la categoría de dobles juveniles.
“Soy intensamente competitivo y, cuando era adolescente, era capaz de lograr cosas sobrehumanas”. “… Pero me di cuenta de que ahora sólo soy humano. Fue una gran decepción… Así que ahora hago lo que hace la gente normal. Voy al gimnasio”.
Y aunque en el gimnasio también se hacen amistades, Jensen supo desde un principio que, para que le tomaran en serio los tótem empresariales de la Gran Manzana, tenía que hacerles saber que Nvidia forma parte de un sector que factura más que el cine y la música juntas gracias al permanente desarrollo de nuevas tecnologías.
Efectivamente, Huang tenía razón.