Marc Puig Guash, consejero delegado de Puig
Segundo día de cotización para Puig en el selectivo español. Inició la sesión con subidas…y pasó a cotizar en números rojos. Caídas tímidas, eso sí, del 0,60%, para instalarse, en el último tramo de la jornada, prácticamente en niveles de apertura.
Su capitalización bursátil es de 15.176 millones que la sitúan por detrás de Repsol (16.118) y en decimoquinto lugar dentro del Ibex 35.
Sus títulos suben, desde su salida a Bolsa el pasado 3 de mayo, un 9% y se colocan en los 26,71 euros desde los 24,5 con los que cerró su primera sesión en el parqué.
De momento, todo le va bien a Puig. No es fácil, tras dos meses y medio cotizando dar el salto al Ibex.
Desde hace unas semanas era firme candidata para sustituir a Meliá Hotels en el primer movimiento del selectivo desde diciembre de 2022 cuando entró Unicaja y Logista, en sustitución de Siemens Gamesa y PharmaMar.
Hay que tener en cuenta que en el corto plazo las acciones se mueven por innumerables factores. Sin embargo, en el medio y largo plazo la cotización sigue los fundamentales del negocio
Debut que se convirtió por tanto en todo un acontecimiento no exento de polémica porque la compañía ha pasado a tener acciones de clase A, reservadas para la familia, con todos los derechos económicos y políticos; y acciones de clase B, las únicas que cotizan, pero con los derechos económicos y políticos limitados: concentran únicamente el 28,3% de los derechos económicos y el 7,5% de los derechos de voto.
Esto significa, según los expertos, que a la clase A le corresponden 5 votos, mientras que, las acciones de clase B sólo tienen un voto, por lo que los nuevos accionistas van a tener muy poco que decir la hora de adoptar decisiones empresariales.
Como contrapartida ofrece un Pay Out (retribución al accionista) del 40% que tampoco es para tirar cohetes señalan los expertos. “Se trata de un sector estable, pero no de crecimiento exponencial, como podría ser una tecnológica de las más punteras”.
Hay quien advirtió de que el fin último de salir a Bolsa era obtener el dinero de los accionistas (algo legítimo por supuesto porque es casi, casi, el principal objetivo que se busca a la hora de acudir al mercado) pero evitando a toda costa que se pudieran entrometer en la gestión de la empresa.
Puig quiere financiar así su estrategia de crecimiento, además de refinanciar algunas de las grandes operaciones de compra de los últimos años como Byredo y la firma Charlotte Tilbury “que le otorga un alto potencial de crecimiento en el segmento de maquillaje, ya que es la empresa líder en el Reino Unido”, opinan los expertos
Todo esto con una clara intención: afianzar al grupo catalán entre las grandes del mundo como L’Oréal, Louis Vuitton o Estée Lauder.
Sus títulos suben, desde su salida a Bolsa el pasado 3 de mayo, un 9% y se colocan en los 26,71 euros frente a los 24,5 con los que cerró su primera sesión en el parqué
Pero ojo, y aunque concita prácticamente el favor unánime del consenso del mercado, por ejemplo, Bank of America, Goldman Sachs y JPMorgan le dan un potencial del 26% hasta los 32 euros, hay quien se desmarca de esta valoración tan positiva. Hablamos de Morningstar, que sitúa la cotización del valor en 23 euros por acción, es decir, un potencial de caída que roza el 12%
Dice la firma de inversión que las acciones están sobrevaloradas y lanza, entre otras, esta pullita: “Creemos que el presidente y consejero delegado, Marc Puig, ha hecho un trabajo encomiable al afinar el enfoque premium de Puig y ampliar su colección de marcas a través de adquisiciones, posicionando así al pequeño fabricante de productos de belleza para beneficiarse de las tendencias de premiumización a nivel mundial. Dicho esto, no estamos convencidos de que Puig haya creado un foso económico, dada su falta de intangibles de marca y su pequeña escala en comparación con sus homólogas L'Oreal y Estée Lauder”.
“De momento”, señala Javier Cabrera, analista de mercados, “es pronto para hacer una valoración. Hay que tener en cuenta que en el corto plazo las acciones se mueven por innumerables factores. Sin embargo, en el medio y largo plazo la cotización sigue los fundamentales del negocio, por lo que tendremos que estar muy atentos a la presentación de resultados siendo ya una empresa cotizada”.
Habrá que esperar hasta el próximo mes de septiembre para conocer sus cuentas… con una cotización actual muy exigente y que recoge un escenario positivo a futuro. “Esto significa que los inversores deberán ser también muy exigentes cuando haga públicos sus resultados y comprobar si el crecimiento sigue siendo sólido. No debemos crear, por tanto, un escenario de euforia antes de tiempo”.