El Ibex 35 ha perdido el nivel de los 10.100 puntos (10.053 puntos) y cede un 1,26%. Las acciones de Redeia han cerrado prácticamente planas. Suben un 0,38% hasta los 14,70 euros

Redeia (Red Eléctrica) está a punto de abonar un nuevo dividendo a sus accionistas. El próximo 5 de enero, (víspera de Reyes..que casualidad), distribuirá, a cuenta de 2023, un importe bruto de 0,2727 euros por acción. Se ha comprometido, además, a pagar al menos 0,8 euros por acción durante 2024 y 2025, un suelo inferior, eso sí, al euro pagado durante los últimos 3 años.

La política de dividendos es uno de sus principales atractivos junto a su carácter de previsibilidad, es decir, de ausencia de sorpresas que tanto gustan a los fondos que controlan parte de su accionariado. Especialmente al más grande, a Black Rock, que tiene el 4,995% de la empresa

Un plus de aburrimiento que se traduce en su trayectoria bursátil porque, y a pesar de que Redeia buscaba la remontada de su cotización para salvar los muebles a cierre de 2023, finalmente no lo ha conseguido.

Ha comenzado el año tal y como acabó diciembre, sin ningún indicio de que el ánimo de los inversores haya cambiado.

Las acciones de la compañía, cuando Beatriz Corredor asumió la presidencia en febrero de 2020, cotizaban a 19 euros. Hoy valen 14,75 , un 27% menos

Si en enero de 2023 sus títulos cotizaban 17,13 euros, en enero de 2024 son 3 euros más baratos. Su capitalización sigue sin remontar desde máximos que alcanzó en 2021, 10.294 millones, hasta los algo más de 8.000 a día de hoy. Es decir que se ha dejado por el camino, aproximadamente, unos 2.200 millones.

Es más, las cosas no han ido bien desde que Beatriz Corredor accediera a la presidencia de Redeia, va a hacer ahora cuatro años, tras la dimisión de Jordi Sevilla. Solo hay que echar un vistazo a la evolución de las acciones: en febrero de 2020, cotizaban en los 19 euros. Es decir, ahora valen un 27% menos (14,75 euros).

Los resultados de la compañía tampoco ayudan. “El caso de Redeia es muy particular, puesto que sus ingresos están en su mayoría regulados por el Estado y vinculados a ajustes de precios en años posteriores. Por ejemplo, en las últimas resoluciones de la CNMC se ha establecido que la compañía tenía que devolver durante el último trimestre del 2023 y los primeros meses del 2024 más de 300 millones de euros por un exceso de cobro en ejercicios anteriores”, señalan los analistas.

Durante los nueve primeros meses del año, su deuda financiera neta se situaba en los 4.970,6 millones de euros, un 7,3% superior a la registrada al cierre del año cierre del año anterior. (Parece que Beatriz Corredor no tenía un plan B para hacer frente a la subida de los tipos de interés).

La política de dividendos es uno de sus principales atractivos junto a su carácter de previsibilidad, es decir, de ausencia de sorpresas que tanto gustan a los fondos que controlan parte de su accionariado

Mientras tanto sus beneficios caen un 3% al mismo tiempo que las inversiones aumentan un 28%. “Estamos ante un negocio que requiere un nivel de inversiones muy alto, equivalente, por término medio, al 40% de los ingresos”, señalan desde XTB.

Un ritmo muy alto de inversiones que, me temo, no se reflejan en las redes eléctricas que se están convirtiendo en un cuello de botella que amenaza la transición renovable en España.

Aseguran los expertos que, si la inversión en redes sigue creciendo al ritmo actual, será imposible que absorban la ambiciosa estrategia de proyectos de energías renovables.

Proyectos a los que, no solo empresas sino también los estados, van a destinar cientos de miles de millones. “En nuestro país”, explican, “este cuello de botella es todavía más estrecho debido a un marco regulatorio desfasado que podría estrangular el desarrollo de esta industria”.

Así que, Beatriz Corredor, no sé a qué esperas para ponerte las pilas.

El caso de Redeia es muy particular, puesto que sus ingresos están en su mayoría regulados por el Estado y vinculados a ajustes de precios en años posteriores

Eso sí, Redeia ha anunciado a bombo y platillo que está desarrollando soluciones basadas en IA para optimizar la gestión y el mantenimiento en remoto de las subestaciones eléctricas.

Por lo tanto y teniendo en cuenta todo lo dicho, que no es poco, y que se puede resumir en que la compañía tiene un alto nivel regulatorio, que suele ser un arma de doble filo, y en que le falta crecimiento, factor clave para afrontar la elevada inversión que requiere su actividad, no es de extrañar que los inversores hayan sido muy cautos durante 2023, y que lo seguirán siendo en 2024

Hay que recordar que el 20% de la compañía está en manos de la Sociedad de Participaciones Industriales (Sepi), (participación a través de la que el Estado controla sus decisiones estratégicas y, por supuesto, la designación de su presidente); tiene como segundo accionista a Amancio Ortega, con el 5% del capital, a través de su vehículo inversor Pontegadea, y el tercero es BlackRock con el 4,995%.

Lo peor de todo: Redeia se ha convertido en el cuello de botella de todo el sistema eléctrico. Con la llegade de las renovables se multiplicaron los centros de generación pero no los de trasporte, Ahí es donde ha fallado Beatriz Corredor y la SEPI. Toda la transición energética tiene un problema gordo: la red.