Enrique Díaz Tejeiro, presidente de Solaria
El IBEX 35 marca mínimos y cierra sesión en los 9.994 puntos. Las acciones de Solaria terminan la jornada con pérdidas del 4,6% hasta los 15,7 euros
En números rojos sigue cotizando la compañía desde que comenzara 2024 y, también, en los últimos compases de 2023.
Dicen los expertos que se trata de la racha bajista más larga de los últimos años. Si el 29 de diciembre pasado sus títulos valían 18,61 euros, ahora están en los 15,70, es decir, que ha dejado atrás holgadamente la barrera psicológica de los 17 euros por acción.
En lo que va de año ha perdido un 12,6%.
La compañía es una habitual en las quinielas sobre movimientos corporativos y ahora podría estar en la diana de los 'bajistas', 'bajistas' que Solaria tiene, con nombres y apellidos, en su accionariado
Hay que recordar que la cotización de la empresa se llegó a revalorizar, en 2023, cerca de un 10% pero que, también, llegó a perder un 25% en el primer semestre del año.
Las cosas no pintan mejor respecto a la capitalización bursátil que ha perdido, por primera vez en cinco años, los 2.000 millones de euros y se coloca en los 1.964.
Estamos ante una alta volatilidad, ante unos títulos que cotizan con un descuento considerable respecto al valor de una empresa que, no obstante, ‘atesora’ una deuda también considerable. Desde 2019, ha pasado de 234 millones de euros hasta los 898 millones en los que cerró el primer semestre de 2023, un 23% más y 5,4 veces su Ebitda.
Hay quien, con estos mimbres, podría considerar a Solaria como empresa opable, y también objetivo de los denominados fondos ‘bajistas’ que han puesto, en los últimos días, a los pies caballos a Grifols, que no levanta cabeza.
Aun así, “no es fácil valorar si Solaria podría estar en el punto de mira de algún fondo de cobertura. Por un lado, se trata de una compañía que ha elevado notablemente su endeudamiento durante los últimos años y las perspectivas de negocio podrían empeorar a medida que se mantienen altos los tipos de interés y la economía continúa desacelerando. Pero, por otro lado, la mayor parte de las recomendaciones de inversión son positivas, la compañía podría seguir corrigiendo y, hasta los mínimos del año pasado, todavía tiene un potencial de caída de más del 20%, ahí es donde podría estar despertando el interés de algunos inversores”, explica Joaquín Robles, analista de XTB.
Las 'posiciones cortas' son la estrategia de los cazachollos financieros que buscan obtener suculentos beneficios en Bolsa apostando por el desplome de determinadas acciones
Lo cierto es que la compañía es una habitual en las quinielas sobre movimientos corporativos de fusión o adquisición y ahora podría estar en la diana los 'bajistas', 'bajistas' que Solaria tiene, con nombres y apellidos, en su accionariado: BlackRock Investment Management (UK) Limited con el 1,22%; Helikon Investments Limited con el 0,94%; Qube Research & Technologies Ltd con el 0,56%; y Squarepoint Ops LLC con el 0,51%.
Una apuesta en corto de 3,47%, lo que equivale a 81 millones de euros
“Tras la salida de AHL Partners, el pasado mes de diciembre”, señalan los analistas, “BlackRock, Qube Research y Helikon Investments a los que se ha unido Squarepoint, siguen presionando su cotización con sus posiciones cortas”.
Solaria cerró 2023 formando parte del trio del Ibex 35, junto a Enagás y Fluidra, ‘más atacado’ (en jerga bursátil) por estos fondos
No está de más recordar que las posiciones cortas son especulativas al cien por cien. En este caso, no se actúa como en una inversión ‘normal’, es decir, comprar un activo esperando que su precio suba y venderlo para obtener un beneficio.
Desde 2019, Solaria ha pasado de tener una deuda de 234 millones hasta los 898 millones con los que cerró el primer semestre de 2023, es decir, 5,4 veces su Ebitda
Las posiciones cortas operan justo al revés: si pensamos que la cotización de la acción de una determinada empresa va a bajar, pedimos prestadas las acciones (generalmente a un bróker) para luego devolverlas en un plazo de tiempo determinado. Seguidamente, las vendemos y, cuando se cumpla el plazo para devolverlas, las volvemos a comprar. Lógicamente, ganamos si el precio de las acciones baja, y perdemos si sube.
En su versión más agresiva, se trata una especie de cazachollos financieros que busca obtener suculentos beneficios en Bolsa apostando por el desplome de determinadas acciones.
Solaria está controlada por la familia Díaz-Tejeiro con una participación que roza el 35% del capital; tras la familia, en el accionariado de la compañía hay varios fondos de inversión, tal y como informa Hispanidad, entre los que se encuentra, DWS Investment, la gestora de activos del banco alemán Deutsche Bank, con un 5,015%; Norges Bank, gestor del fondo soberano de Noruega, con un 4,288%; BlackRock, con un 4,160%; Amundi, empresa francesa de gestión de activos, con un 3,071%; Mirova, filial del banco corporativo y de inversión francés Natixis, con un 3,001%; y la gestora de inversión independiente Invesco, con el 1,956%. Y no está de más recordar que entre sus empleados también hay algunos relacionados con la política, el pepero Antonio González Terol e Iván Molinero Camacho, marido de la ministra socialista Isabel Rodríguez.