La central nuclear de Almaraz será la primera en cerrar en España, si no se cambia el calendario de cierre progresivo acordado
Profesionales y empresas de la nuclear defienden que es necesaria en España, y algunos expertos van más allá: piden elevar la producción de esta energía.
Este jueves, en el Congreso de los Diputados, se ha celebrado la jornada ‘Caminando hacia la soberanía energética de España’ organizada por Vox, con tres mesas redondas con diversos expertos, donde ha quedado clara la defensa de una transición apostando por todas las tecnologías, entre ellas la energía nuclear. De hecho, los profesionales y las empresas de dicho sector han defendido que es necesaria, mientras algunos expertos han ido más allá, pidiendo elevarla.
Héctor Dominguis, presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE) -que agrupa a los profesionales nucleares-, ha empezado su intervención subrayando que “la energía no tiene color político” y por ello, es un grave error tomar decisiones por ideología más que por razonamientos científicos y técnicos. En su opinión, un buen sistema eléctrico debe ofrecer “seguridad de suministro, sostenibilidad medioambiental y competitividad”, pero el español “no lo cumple y se necesita una revisión de la estrategia energética”. ¡Tome nota, señora Teresa Ribera!
Dominguis (Sociedad Nuclear Española) subraya que la energía no tiene color político” y por ello, es un grave error tomar decisiones por ideología más que por razonamientos científicos y técnicos. ¡Tome nota, señora Ribera!
El presidente de la SNE ha insistido en que los siete reactores españoles pueden tener una vida útil más allá de los 40 años, hasta 60, como ya pidió hace unos meses, e incluso 80 (como se está viendo en algunas licencias en EEUU), porque “hoy son más seguros que cuando empezaron a operar” y se realizan unas inversiones de 30 millones de euros al año. Respecto al tema de los residuos, ha subrayado que “toda actividad humana genera residuos y es clave la gestión”, y la de los nucleares en España es buena, “no tiene impacto ambiental” y además “los residuos de alta actividad desde finales de los años 60 hasta ahora caben en un campo de fútbol”. Asimismo, ha destacado que el sector genera empleo estable, cualificado y actividad económica lejos de las grandes ciudades: 20.000 empleos directos e indirectos, industria auxiliar y empleos inducidos. “La nuclear es imprescindible como energía de presente y futuro y forma un binomio perfecto con las renovables. España no puede permitirse el lujo de prescindir de ella”, ha concluido.
Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear -asociación que agrupa a las empresas nucleares-, ha recordado que “sólo con unas 200 toneladas de uranio al año, en España producimos el 21% de la electricidad y evitamos 20 millones de toneladas de CO2”. Asimismo, ha insistido en que no es la primera vez que afrontan tiempos difíciles (“hemos estado toda la vida en la trinchera”), pero ha subrayado en lo complicado que es sustituir cada gigavatio nuclear en España, pues se necesitan cinco o seis de fotovoltaica. “¡Qué nos dejen vivir!”, ha pedido Araluce, refiriendo que cada vez hay más personas y partidos a favor de la nuclear porque “hay mucha sensibilidad con los precios y ahora se valora a lo más barato”, pero también que no pueden tener el mismo nivel impositivo, que sigue aumentando, e insistiendo en que “la política energética depende del Gobierno y las instituciones”, y pidiendo “¡qué nos dejen financiarnos!”, algo en lo que espera que influya que la nuclear haya sido incluida en la taxonomía verde europea. Ya hasta UGT, los verdes finlandeses y Uganda respaldan la energía nuclear... todos menos Ribera, que sigue obsesionada en no darle la más mínima oportunidad, pese a que no emite CO2.
Araluce recuerda que “sólo con unas 200 toneladas de uranio al año, en España producimos el 21% de la electricidad y evitamos 20 millones de toneladas de CO2” y subrayado lo complicado que es sustituir cada gigavatio nuclear: se necesitan cinco o seis de fotovoltaica
“Es una tontería lo de ser amarillos o verdes, somos necesarios”, ha apuntado Araluce. Además, ha reiterado que “cumpliremos el plan de cierres acordado, a no ser que alguien vea el problema europeo… porque Alemania está acogotada”. De hecho, ese país tenía unas centrales de platino que “eran una maravilla”, pero insiste en cerrar las tres últimas que le quedan a final de año.
Por su parte, Yolanda Moratilla, ingeniera industrial, presidenta del Comité de Energía del Instituto de Ingeniería de España y profesora en la escuela de ingenieros ICAI, ha ido mucho más allá. “No podemos mantener el cierre pactado porque vamos al abismo. No hay que mantener la nuclear, sino ampliarla”, ha advertido, criticando que en España “no hay una planificación energética que diga hacia dónde tiene que ir no a cuatro años, sino a 25 o 40 años”. Asimismo, ha subrayado que las renovables van a elevar sus precios por el encarecimiento de materiales críticos y los problemas de abastecimiento que tendrán, mientras que la nuclear es de las energías que hace uno de los usos intensivos más bajos de las materias primas críticas y esto hay que tenerlo en cuenta porque “la próxima crisis que vamos a tener va a ser la de materiales críticos”.
Moratilla señala que las renovables van a elevar sus precios por el encarecimiento de materiales críticos y los problemas de abastecimiento que tendrán, y que “la próxima crisis que vamos a tener va a ser la de materiales críticos”
En la opinión de Moratilla, “caminar hacia la soberanía energética implica olvidarnos del gas”. Y para ello, apuesta por que la nuclear vuelva a suponer un tercio de la producción de electricidad y aumentar en 3.000 megavatios la capacidad nuclear española, algo que considera que se puede hacer con los reactores modulares pequeños -conocidos como SMR-, que son más asequibles económicamente y que se pueden ubicar en los mismos emplazamientos que ya ocupan los siete reactores que continúan operativos en nuestro país.
Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso, ha afirmado al inicio de la jornada: “Unos por sectarismo y otros por miedo han impuesto un modelo energético desvinculado de la realidad española, que ha encarecido la energía, perjudicado la competitividad empresarial y empobrecido a las familias. Vox quiere reintroducir la racionalidad en la energía”.