Nace la asociación Crecemos para impulsar los combustibles renovables y la economía circular de cara a la descarbonización
Esta semana, Repsol, Toyota, Airbus, Logista, Sesé, Técnicas Reunidas y 21 empresas más han presentado su apuesta conjunta por la descarbonización, la rentabilidad, la competitividad y la industria a través de los combustibles renovables (a base de residuos agrícolas, forestales, sólidos urbanos, de la industria agroalimentaria e incluso aceite de cocina usado). Además, el próximo lunes 15 sevsumarán otras dos compañías a esta alianza, elevando la cifra a 29.
Todas han dado lugar al nacimiento de la asociación multisectorial de Combustibles Renovables y Economía Circular en España para una Movilidad Sostenible (Crecemos), que pide impulsar dichos combustibles y la economía circular de cara a la descarbonización y a lograr la neutralidad climática. Para impulsar su demanda, Crecemos reclama un marco fiscal favorable, como el que tienen otras alternativas que ayudan a reducir las emisiones de CO2 (excepto la energía nuclear, a la que se la asfixia a impuestos cada vez más). Además, se defiende la famosa neutralidad tecnológica, es decir, que se reconozcan todas las tecnologías para la descarbonización; y se solicita una regulación que sea “promotora y no prohibitiva”, en palabras de Juan Lladó, presidente de Técnicas Reunidas, como sucede en EEUU, pues “Europa tiene ventajas competitivas pero es un castillo viejo donde los cambios y las decisiones de inversión llevan más tiempo”.
Los 27 miembros iniciales de Crecemos representan cerca del 6% del PIB y unos 200.000 empleos directos en España a través de 79 instalaciones industriales... y en unos días crecerán hasta 29 miembros
Los combustibles renovables son “una alternativa real y de amplia implementación porque se puede aprovechar la red de infraestructura existente (las estaciones de servicio) y no hay que hacer ninguna adaptación de los actuales motores” de diésel y gasolina, ha explicado Mónica de la Cruz, directora general de Crecemos. Los 27 miembros iniciales de dicha asociación representan cerca del 6% del PIB y unos 200.000 empleos directos en España a través de 79 instalaciones industriales, favoreciendo así “el tejido industrial, la independencia energética y el efecto tractor”. Y es que con el uso de los combustibles renovables se “da una nueva vida a lo usado, se reducen los residuos, y es posible no cambiar lo que haces y cambiarlo todo”, y además, ya tienen el apoyo de los sectores del transporte terrestre, marítimo y aéreo.
Desde Repsol se apuesta también por los combustibles 100% renovables, que ya están disponibles en 360 estaciones de servicio y llegarán a 600 a final de año, a 1.500 en 2025 y a 1.900 en 2027; gracias a las inversiones en sus refinerías (ahora convertidas en hubs multienergéticos), por ejemplo, en la de Cartagena, donde al producir 250.000 toneladas anuales reducirá la emisión de 900.000 toneladas de CO2 (el equivalente a lo que hacen los 450.000 coches eléctricos del parque actual). El consejero delegado, Josu Jon Imaz, ha insistido en la apuesta por descarbonizar la economía, criticando que “se parte del axioma rotundamente falso de asociarla con electrificación” y en que “el reto es tan grande que necesitamos todas las tecnologías”. También cree que España tiene ventajas como “un mayor seguridad de suministro por el sector primario y los residuos, y por su magnífica industria”. Además, ha defendido la apuesta por una regulación que favorezca la implantación de los combustibles renovables, subrayando que “la prohibición del motor de combustión en 2035 en la Unión Europea es un error y no se hará”, pues supone un daño irreparable al sector del automóvil que está llevando a la demora de la compra y a un mayor envejecimiento del parque que debe renovarse.
Imaz subraya que “la prohibición del motor de combustión en 2035 en la Unión Europea es un error y no se hará”, pues supone un daño irreparable al sector del automóvil que está llevando a la demora de la compra y a un mayor envejecimiento del parque que debe renovarse
Miguel Carsi, presidente y CEO de Toyota España, también ha referido que la renovación del parque automovilística es clave por “las emisiones y la seguridad”. La apuesta del fabricante japonés se dirige a todas las tecnologías (combustión, híbridos, eléctricos, hidrógeno…) porque “en cada región triunfará una”, destacando que hace 30 años lanzaron su primer híbrido y es una tecnología de transición plenamente válida”. Al mismo tiempo, se apuesta por reducir el tamaño de los motores para ser más eficientes.
De cara al transporte terrestre, Sergio Treviño, CEO de Sesé y presidente de Crecemos, ha dejado claro que “hay que tener claro el fin (la descarbonización) y no mezclarlo con el medio (distintas tecnologías y no sólo una)”. Por ejemplo, para el transporte por carretera, la electrificación sólo es viable para los viajes de última milla, pero para el transporte pesado de media y larga la distancia hoy la mejor solución son los combustibles renovables porque además no requieren cambios de flotas. “Sin realidad económica, no hay realidad climática”, ha referido, recordando que “para hacer negocios hay que ser competitivos” y que el principal reto es el regulatorio en España y el resto de la UE porque se penaliza y obliga a un sector logístico lleno de microempresas y autónomos que no tienen medios para invertir en las soluciones que les dan y que no arreglan sus problemas.
Sergio Treviño subraya que “hay que tener claro el fin (la descarbonización) y no mezclarlo con el medio (distintas tecnologías y no sólo una)”, y que “sin realidad económica, no hay realidad climática”
Para el sector aéreo, Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus España y vicepresidente ejecutivo de proyectos especiales de Airbus, ha señalado que hay dos retos (la respuesta a la mayor demanda civil y en defensa, y la descarbonización) y que son “culpables del 2,5% de las emisiones mundiales”. “Para el 2050 el sector o es sostenible o no es” y no es baladí teniendo en cuenta el motor que para España es el turismo porque el 80% llega en avión. Gutiérrez ha referido que los aviones son un 30% más eficientes que la anterior generación y que ya se apesta por el combustible sostenible de aviación (más conocido como SAF), aunque “hoy cuesta cuatro o cinco veces más que el queroseno” y aún no es está disponible para todos, un paso intermedio en la hoja de ruta donde el final es hidrógeno pero aún “no sabemos volar de forma segura, almacenarlo y transportarlo a 20.000 pies de altura”. En el entretanto, los aviones ya tienen capacidad para llevar un 50% de SAF y un 50% de queroseno, y se llegará al 100% del primero en 2030, dado que la normativa obligará a un 2% de consumo de SAF en 2026 y un 10% en 2030, y Airbus ya usa un 15%.
Por su parte, a Íñigo Meirás, CEO de Logista, le ha tocado centrarse en el transporte marítimo, donde apuesta por los combustibles tradicionales y renovables para el presente, y por el hidrógeno para dentro de 10, 15, 20 años. Meirás no cree que se prohíbe el motor de combustión en la UE para 2035, ha puesto como ejemplo el transporte de los frutos rojos de Huelva a Alemania (recorren 2.900 kilómetros en camiones refrigerados de 40 toneladas) puede usar combustibles renovables. “Se nos olvida que hay que compaginar descarbonización con rentabilidad”, ha destacado. Al hilo de los barcos, ha referido que los barcos tienen la obligación de reducir la velocidad en aguas territoriales de la UE, “una medida que no es acertada porque supone una pérdida de competitividad” y eleva el tiempo de entregas de productos.