La deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó en septiembre los 1,637 billones de euros, un nuevo máximo histórico,  según los datos publicados este lunes por el Banco de España. 

Esta cifra supone un aumento del 0,8% respecto al mes anterior. Pero también un 3,7% más respecto al mismo mes del año pasado (57.769 millones más). 

Respecto a la ratio sobre el PIB, el Banco de España lo sitúa en el 104,4% en el tercer trimestre de 2024 (frente al 105,3% del PIB del segundo trimestre). 

Hay que insistir en que, según las reglas fiscales reinstauradas por la Comisión Europea, el ratio de deuda pública sobre el PIB debería situarse en el 60% del PIB. Sin embargo, según las recientes previsiones económicas de Bruselas, España tendrá un ratio deuda/PIB del 102,3% en 2024, del 101,3% en 2025 y del 101,1% en 2026. El Gobierno español lo fijaba en el 102,5% este año. 

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva destacó en un reciente discurso, sobre la elevada deuda pública de los países: “El panorama se vuelve más preocupante debido a la elevada y creciente deuda pública, mucho más alta que antes de la pandemia, incluso después de la breve pero significativa caída de la relación deuda y PIB a medida que la inflación elevaba el PIB nominal". Y añadió: "Los gobiernos han de trabajar para reducir la deuda y recomponer los márgenes de maniobra para hacer frente al próximo shock, que seguramente llegará, y posiblemente antes de lo que esperamos. Hay que consolidar los presupuestos, de forma creíble, pero gradualmente, en la mayoría de los países. Esto implicará tomar decisiones difíciles sobre cómo incrementar el ingreso y mejorar la eficiencia del gasto público, dando prioridad, al mismo tiempo, a la formulación de políticas que sean claras para así lograr la confianza de los ciudadanos”. 

Por su parte, el Instituto Juan de Mariana publicó un informe recientemente --el pasado 14 de noviembre-- en el que destacaba que "lo que sí exige Bruselas es una política efectiva de control del déficit y la deuda, dos flancos en los que el gobierno de Sánchez ha fracasado de forma sistemática, al mantener unos números rojos que rebasan holgadamente los objetivos de estabilidad presupuestaria – y todo a pesar del fortísimo aumento de impuestos y cotizaciones bajo mandato de Sánchez".