Ha comenzado la COP29, a la que el ‘ecológico’ Pedro Sánchez ha viajado con ¡dos aviones!, mientras Iberdrola pide frenar la emergencia climática, acabar con los combustibles fósiles (pese a su alianza ampliada con la petrolera BP y justo cuando la Cumbre se celebra en la capital de Azerbaiyán, un país que cuenta con bastante gas natural) y más renovables, redes y almacenamiento. Eso sí, cabe destacar que por mucho que Ignacio S. Galán presuma de verde, el verdadero negocio... y su nueva frontera son las redes.

Recuerden que al presentar los resultados de los nueve primeros meses, la eléctrica subrayó que destinó 4.400 millones de euros (+25%) a inversiones en redes y que ya cuenta con una base de redes eléctricas que alcanza los 47.600 millones (y de los que el 60% se concentra en EEUU y Reino Unido), tras comprar la británica ENW; mientras que en generación y clientes invirtió 4.000 millones. Asimismo, Iberdrola refirió que en los últimos doce meses, las inversiones (a costa de más y más deuda, naturalmente, que se situaba en 46.697 millones) habían alcanzado el récord de 12.300 millones, que principalmente se destinaron a redes y renovables en EEUU y Reino Unido, dos países de los que Galán destacó que “hay mucho apetito inversor” y “donde hay seguridad y predictibilidad en la regulación”.

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No hay que olvidar que el presidente ejecutivo de Iberdrola ha hecho un gran negocio con las renovables, sobre todo, eólicas y solares, que antaño criticaba y tildaba de “producto financiero”, y que sigue sacando una jugosa tajada del chollo que tiene con la hidráulica. No se puede perder de vista que el negocio de renovables crece en gran medida vía subvenciones, pero después hay que afrontar la normalización y ver si son rentables por sí mismas... o no. Además, en el caso de las redes en España hay que tener en cuenta que Teresa Ribera no ha apostado por la inversión, ni tampoco la presidenta de Redeia, la exministra y amiga de Sánchez, Beatriz Corredor, a pesar de lo mucho que lo ha venido reclamando el sector. Y ojo, porque hace poco más de un mes, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advirtió que o se invierte en redes, o habrá apagones

Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP exigen retribuciones similares a las de otros países europeos y que alcanzarían los 10.000 millones anuales, por encima de la que baraja Gobierno y CNMC (la cual rondaría el 6,5%, es decir, 7.400 millones anuales)

Tras resolverse la incógnita del impuestazo energético (el cual no se prorrogará), ahora a las empresas del sector sólo les queda la intranquilidad por la revisión de la regulación y la retribución de las actividades eléctricas (transporte y distribución) para el periodo 2026-2031. El tema es tarea de la CNMC, que el mes pasado abrió una consulta específica sobre la circular de peajes eléctricos (en los que se prevé una revisión a la baja del 4,4%), y recientemente, el Ministerio para la Transición Ecológica ha publicado una orden en el BOE que marca los criterios con los que el regulador de la Competencia deberá fijar la nueva rentabilidad de las redes eléctricas. Para evitar colapsos (algo que ya ha sucedido en algunos casos... y en otros se ha evitado cortando el suministro a la gran industria), Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP exigen retribuciones similares a las de otros países europeos y que alcanzarían los 10.000 millones anuales, por encima de la que baraja Gobierno y CNMC (la cual rondaría el 6,5%, es decir, 7.400 millones anuales). 

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Recientemente, a la luz de los últimos resultados de Endesa, su CEO, José Bogas, ha confiado en que los reguladores mejoren la retribución, pues las redes serán aún de mayor importancia, no sólo por el despliegue de renovables, sino por el creciente negocio de los centros de datos. Meses atrás, el ingeniero industrial madrileño insistió en que para aumentar la inversión en redes “es necesario que la regulación mejore”, y lo concretó en “que se eliminen los topes a la inversión (ahora es del 0,13% para las distribuidoras -supone 2.000 millones- y del 0,065% del PIB para las redes de transporte -algo menos de 1.000 millones-) y que la remuneración sea adecuada para que la inversión tenga una rentabilidad razonable”. Por su parte, Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy, también ha pedido en varias ocasiones aumentar el límite anual a la inversión en redes de distribución de electricidad. Y hasta Arturo Gonzalo, CEO de Enagás, ante los analistas tras los últimos resultados de la compañía, ha referido que “aunque las circulares propias del sistema gasista aún van a demorarse un año”, una tasa de retribución financiera “razonable” se situaría en torno al 7%.

Y no hay que olvidar que ante el desastre de Redeia en redes eléctricas, hasta Iberdrola ha pedido que las desarrollen operadores privados. Lo hizo el CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, a finales de junio, subrayando que lo que se debe “hacer es ir rompiendo ciertas barreras regulatorias que son muy eficaces y muy eficientes para determinados momentos del desarrollo del país y adaptarnos a la realidad que estamos viviendo en estos momentos, en donde lo que se nos pide es acelerar”. Al hilo de esto, se centró en que la inversión en redes “es fundamental” y sería “el peor error” perder la oportunidad por “no tener transporte y distribución y no reforzar las redes”. “O despertamos o nos van a despertar. El problema es que cuando uno se despierta sin despertador, normalmente despierta tarde y con el cuerpo cansado”, advirtió, recordando el ejemplo del vehículo eléctrico, donde estimó que España ha “perdido diez años en discusiones tecnológicas, con una industria automotriz española potentísima y puntera”.