Pedro Saura tiene una difícil tarea al frente de Correos por las milmillonarias pérdidas que le dejó Serrano / Fotos: Pablo Moreno
Correos supone, tristemente, un buen ejemplo de la gestión del presidente del Gobierno y de su gusto por el intervencionismo para controlar todas las empresas… aunque en esta ocasión sin un empresario para gestionarla, sino un amigo,… y el resultado fue más que pésimo. De hecho, se puede hablar del gran desastre que Juan Manuel Serrano, amigo de Pedro Sánchez, dejó a Pedro Saura, y que saldrá aún más caro a los españoles: se harán prejubilaciones y salidas incentivadas.
Dos medidas laborales que aún no sabemos cómo tomarán la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y la ministra Elma Saiz, pero se puede elucubrar. La primera, que además, es titular de Trabajo y Economía Social, no para de presumir de creación de empleo, a pesar de que España sigue siendo líder de paro en la Unión Europea (27 países) y en la OCDE (38 países). Por su parte, la titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se jacta de la subida de pensiones para 2025, pero no se sabe cómo las pagará (más bien cómo las pagaremos)… y encima la famosa ‘hucha’ no da ni para un mes.
Volvamos a Correos. Recuerden que Serrano se convirtió en su presidente el 19 julio de 2018, unas semanas después de que su amigo Sánchez entrara en La Moncloa, y ha permanecido al frente de la empresa pública de servicio postal hasta el pasado 26 de enero, cuando recibió otro regalo: fue nombrado director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT), pasando a hacerse cargo de las autopistas del Estado… y a depender del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que dirige Óscar Puente. Cinco años y medio en los que Serrano dejó Correos con unas pérdidas acumuladas de 1.200 millones de euros, ¡menos mal que no estuvo más! Un agujero que pagaremos todos los españoles… de una u otra manera porque Correos es una empresa pública que es propiedad al 100% de la SEPI (que depende del Ministerio de Hacienda que lidera María Jesús Montero) y recibe aportaciones de los Presupuestos Generales del Estado y también otras extraordinarias, si es necesario, como RTVE.
Para relevar a Serrano en Correos se eligió a Pedro Saura, tras lo bien que lo había hecho en Paradores, donde logró dejar atrás las pérdidas y volver a beneficios. Claro que pasar a la empresa pública de servicio postal no fue ningún regalo sino más bien un marrón por el agujero de pérdidas, muy superior al que tenía la cadena hotelera pública cuando Saura tomó las riendas que hasta ese momento había tenido Óscar López. Este último pasó a ser jefe de Gabinete de Sánchez, pero el pasado septiembre fue ascendido a ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, para relevar a José Luis Escrivá, quien pasó a ser gobernador del Banco de España, y además, recientemente se ha convertido en secretario general de los socialistas madrileños. Por cierto, no olviden que Saura fue retirado de Paradores para que Sánchez pudiera dar un buen premio de consolación a la socialista catalana Raquel Sánchez al no contar con ella para que repitiera como ministra de Transportes en su tercer Gobierno (el segundo de coalición). Además, Serrano fue denunciado por Abogados Cristianos por malversación de caudales públicos durante su presidencia de Correos, donde prefirió centrar más energías en buzones y furgonetas con los colores de la bandera LGTBI.
A la vista de todo esto, Saura parece el elegido por Sánchez para arreglar desastres de sus amigos. Eso sí, en Correos es más complejo que en Paradores, pues a las pérdidas acumuladas, se suman las subidas de precios, el hecho de que haber perdido el ‘tren’ de ser un gran actor en el negocio de paquetería y de que cada vez se envían menos cartas (que han sido sustituidas en gran medida por los correos electrónicos). La reconversión se tenía que haber hecho mucho antes y esto incluye medidas laborales, porque Correos cuenta con 50.221 empleados… y muchísimos otros temporales a los que enseña, despide y vuelve a contratar periódicamente, y así en numerosas ocasiones, en lugar de incluirles en plantilla. El pasado verano, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda y la SEPI, acordó con los sindicatos la inyección económica (o sea, de todos los españoles) de unos 3.000-4.000 millones a Correos para poder acometer el nuevo plan estratégico a 2028. Al final, según avanza ABC, parece que la cifra rondará más los 3.000 millones, pero hay una gran condición que Hacienda impone a cambio: un ajuste laboral que pasa por prejubilaciones y salidas incentivadas… o sea, más dinero. Claro que se dice que todo se financiará con el Plan Operativo Anual de Correos que acordó la SEPI (o sea, el Estado,… por tanto, todos los contribuyentes). Además, Saura ha renunciado a grandes proyectos a los que aspiraba Serrano, optando por otros más pequeños, incluida una nueva cartera de servicios denominados SIEG para facilitar trámites con la Administración Pública, también ayuda para los trámites a los afectados por la trágica DANA, e incluso se ha barajado la idea de crear un banco a modo de la antigua Caja Postal aprovechando las oficinas en la España vaciada.
En nuestros puntos de atención rural de Valencia, como este de Godelleta, los carteros y carteras siguen ayudando a solicitar las ayudas a las afectadas y afectados por la #DANA.
— Correos (@Correos) December 12, 2024
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