El discreto Javier Rodríguez Arias ha demostrado su valía en uno de los problemas más acuciantes de ECI: la deuda. Además, el ex de BBVA, ya es consejero. Su nombramiento, por tanto, supondría menos requisitos de todo tipo
Recuerden que tras cesar al Ceo, Víctor del Pozo, siete meses atrás, Marta Álvarez creó la multidirección para dirigir El Corte Inglés (ECI). Los cinco nombres de la fama son: la propia Marta Álvarez, como presidente ejecutivo, Gómez Hoces, José María Folache, Rodríguez Arias y Santiago Bau. Folache se encargaría de negocios al por menor, Hoces es el jefe jurídico y secretario del Consejo, Bau, encargado de diversificación y Rodríguez Arias del apartado financiero. Pues bien, seis meses después, no más, el sistema no funciona. Como diría Sánchez Galán, que acaba de ceder en el asunto, en las empresas manda uno. El sistema anglosajón dice que mejor que manden dos: el presidente y el consejero delegado, uno para las grandes cuestiones y el otro en el día a día. En cualquier caso, dos, nunca cinco.
De ahí vienen las presiones para que Marta nombre un consejero delegado que sustituya al cesado Víctor del Pozo. Pues bien, el nombre que podría resultar elegido, siempre que Marta lo acepte, es el que menos se esperaba en buena parte de la organizacion, Rodríguez Arias.
En la casa se habla mucho de Folache, pero Folache tiene muchos años y, aunque se le reconoce su valía, además de su amistad de años con las dos hermanas, Marta y Cristina, no sabe formar equipos.
También está Santiago Bau. Ya su nombramiento llamó la atención por cuanto todos se preguntan qué pinta un banquero de inversión en El Corte Inglés.
Sin embargo, el discreto Javier Rodríguez Arias ha demostrado su valía en uno de los problemas más acuciantes de ECI: la deuda. Además, el ex de BBVA, ya es consejero. Su nombramiento, por tanto, supondría menos requisitos de todo tipo.
Ahora bien, la decisión aún no está tomada y lo único que se sabe es que Cristina Álvarez lo apoya aunque su hermana Marta mantiene algunas reticencias.
Tengan en cuenta que El Corte Inglés debe tomar ahora una decisión fundamental: ¿reduce tamaño y aumenta la rentabilidad o mantiene el actual tamaño y compromete su modelo originario dirigido a la clase media-alta?