Como ya hemos informado, El Corte Inglés (ECI) está llevando a cabo una reducción contante y dura de su plantilla, sin eres de ningún tipo. Sencillamente, se ofrece al trabajador unas condiciones inasumibles, sobre todo cuando se trata del traslado de servicios centrales a centros. A veces, con rebajas de hasta el 25% del salario. Como asegura un sindicalista: trasladar gente de los servicios centrales a tienda es una buena idea, pero en estas condiciones, no. 

Las demandas contra El Corte Inglés se amontonan en los juzgados de lo Social y las bajas médicas se multiplican entre los empleados

Pues bien, en cuatro años, los que llevan de presidente, puesto al que accedió en julio de 2019 y en vísperas de la Junta de Accionistas, Marta Álvarez ha reducido la plantilla en 7.000 trabajadores, un 8% del total. Exactamente, ha pasado de los 88.268 trabajadores directos que componían la plantilla de El Corte Inglés en 2019 a los que ahora reconocen en sus cuentas auditadas: 81.400. 

Dos apuntes. En el cuatrienio Marta Álvarez se vendieron Iecisa (Informática El Corte Inglés) y Optica 2000. No sólo eso: en 2021 ECI cerró ejercicio con una plantilla de 79.804 trabajadores, que en 2020 fueron 80.814. Es decir que este año la plantilla ha aumentado en 1.400 personas. 

¿Cómo es posible si se está forzando a la gente a marcharse? Pues sencillo, El Corte Inglés está fichando trabajadores en peores condiciones que los salientes. Mientras, continúan los despidos partido a partido, sin ere, pero con ofertas en las que se reduce el salario. Y si no se acepta, lo dicho: despido con indemnización forzada a la baja.

Marta Álvarez responde a la banca: no se cerrarán más centros, aunque la banca acreedora continua presionando

Ahora bien, despedir trabajadores por este sistema puede chocar con la ley. La empresa tiene que demostrar que el traslado es necesario y que la rebaja de condiciones laborales, sobre todo de salario, ha sido aceptada voluntariamente por el trabajador o bien está justificada por motivos económicos. Algo que casa mal con los resultados de 2022, presentados días atrás y que, aunque flojos en los ingreso recurrentes, exhibieron un beneficio récord. A lo mejor hay que demostrarle al juez que esos despidos encubiertos o esos salarios a la baja son necesarios. 

Total, que las demandas contra El Corte Inglés se amontonan en los juzgados de lo Social y las bajas médicas se multiplican entre los empleados, porque a un trabajador de baja no se le puede despedir.

Al tiempo, Alvarez lleva a cabo una renovación de plantilla, pues también contrata, aunque con peores condiciones laborales

En definitiva, ¿está ECI trasladando efectivos de servicios centrales a tienda o está reduciendo costes laborales? Porque los nuevos empleados no tienen, claro, los privilegios del históricamente bien tratado empleado de El Corte Inglés. 

Y hay que contemplar la relación entre cierre de centros y reducción de plantilla. Y ahí se planta Marta Álvarez, quien responde a la banca acreedora: no se cerrarán más centros. Y es que la banca acreedora presiona para el cierre de centros no rentables. 

Es un problema de fondo porque, con excepciones, el modelo ECI funciona bien en el centro de las grandes ciudades o en zonas de alta burguesía del extra-radio. El resto funciona peor. ¿Y entonces? Pues, por el momento, Marta Álvarez desoye a la banca y asegura que no se cerrará ni un centro más.