Más muestras de la crisis mundial que vive la automoción. Audi ha anunciado que despedirá a 7.500 empleados en Alemania para ahorrar unos 1.000 millones de euros en costes. Un día después se ha conocido que ha tenido menos ingresos y su beneficio se ha desplomado en 2024.

Audi es propiedad del gigante Volkswagen desde hace décadas. Dentro de este no pertenece al grupo de marcas core -o sea, las de mayores volúmenes (Volkswagen Passenger Cars, Skoda, SEAT/Cupra y Volkswagen Commercial Vehicles)- sino al grupo de marcas progressive, junto a Bentley, Lamborghini y Ducati. Recientemente, la marca Audi ha anunciado que despedirá a 7.500 empleados en Alemania hasta 2029, lo que afectará al 14% de su plantilla, pero a los trabajadores de producción, una decisión que llega un mes después de haber cerrado su planta de Bruselas (Bélgica).

Al tiempo, se han conocido los resultados del grupo de marcas progressive en 2024, que no han sido buenos, como los de SEAT S.A., sino más parecidos a los del grupo Volkswagen. Los ingresos han bajado un 7,6%, a 64.532 millones de euros, por la caída de ventas y la alta competencia internacional, especialmente de China. Las ventas han caído un 11,8%, a 1,69 millones de unidades, con fuertes descensos en Europa (-11,1%) y China (-10,9%). De estos 1,69 millones de unidades, 1,67 millones (-11,8%) han correspondido a la marca Audi -incluyendo 164.480 totalmente eléctricas, un 7,8% menos-; 54.495 motocicletas (-6,4%) de Ducati; 10.687 coches (+5,7%) a Lamborghini; y 10.643 unidades a Bentley.

Claro que en las menores cifras de ingresos y ventas no sólo han repercutido las difíciles condiciones de mercado y la competencia china, sino también la menor producción. El grupo Audi ha fabricado 1,692 millones de vehículos en 2024, un 13,7% menos que el año anterior. Eso sí, entre sus 22 plantas mundiales, cabe destacar que en la que tiene SEAT en Martorell (Barcelona) se fabrica el Audi A1 y la cifra creció un 4,8%, hasta 68.014 unidades.

Por su parte, el beneficio operativo se ha hundido un 37,8%, a 3.903 millones, en gran parte por los gastos de reestructuración que incluyen el cierre de la planta de Bruselas (cuyo impacto ha sido de 1.600 millones). El margen operativo no ha alcanzado la previsión de estar entre el 8% y el 10%, sino que ha pasado del 9% registrado en 2023 al 6%. Y el beneficio neto se ha hundido un 33%, hasta 4.189 millones. 

“Los cambios acontecidos en la economía mundial y una mayor competencia internacional plantean grandes desafíos no solo a Audi, sino a todo el sector. Afrontamos esta realidad con el ánimo necesario para transitar por nuevos caminos y con la confianza en nuestros puntos fuertes tradicionales”, ha señalado Gernot Döllner, CEO de Audi. “En 2025 continuaremos de forma sistemática con nuestro proceso de reestructuración, centrado en la renovación de nuestra gama con muchos nuevos modelos” (en concreto más de 20), y en mejorar el posicionamiento en los mercados clave de China y Norteamérica, así como la eficiencia. “En un entorno complicado, con una mayor competencia y una coyuntura muy poco favorable, hemos conseguido mantener el rumbo de Audi en 2024 y hemos cerrado con solidez el ejercicio desde el punto de vista financiero”, ha apuntado Jürgen Rittersberger, director financiero de Audi. “Tenemos un duro camino por delante. Seguimos impulsando sistemáticamente la transformación de la empresa para alcanzar de forma sostenida nuestros objetivos de rentabilidad”, ha añadido.