En el contexto de crisis mundial que vive el sector del automóvil (la cual empezó por los altos costes de producción del coche eléctrico, su baja demanda y la fuerte competencia de China), BMW no ha sido una excepción y no ha tenido buenos resultados en 2024. Por tanto, seguirá sin fabricar ningún coche en España, donde sólo le gusta vender, como a la mayoría de las marcas asiáticas. En 2024 no sólo ha tenido menos ingresos y ventas, sino que su beneficio neto se ha hundido un 36,9% por la baja demanda en China, principalmente, y que ha sido algo que ha notado en otros periodos intermedios del año. 

El grupo automovilístico alemán (dueño de la marca que le da nombre -BMW-, así como de Mini y Rolls-Royce) ha visto caer sus ingresos un 8,4%, hasta 142.380 millones de euros (124.917 millones, un 5,6% menos de la división de automóviles; y 3.214 millones, un 0,2% más, de la de motocicletas). En la caída de la facturación ha influido, en parte, el descenso en las ventas de vehículos: 2,45 millones de unidades, frente a las 2,55 millones del año 2023, lo que supone un 4% menos, debido no sólo a la débil demanda en el gigante asiático, sino a las paradas en algunas entregas por un sistema de frenado defectuoso suministrado por Continental. De esos 2,45 millones de coches, 426.536 (+13,5%) han sido totalmente eléctricos y han representado el 24,2% de las ventas totales. Por marcas, todas han vendido menos: BMW 2,2 millones de unidades (-2,3%), Mini 244.925 (-17,1%); y Rolls-Royce 5.712 (-5,3%). Por su parte, las ventas de motocicletas se han mantenido estables, al situarse en 210.385 unidades (+0,3%). Además, la producción del grupo alemán ha descendido un 5,6%, a 2,51 millones de unidades.

Por su parte, el beneficio neto de explotación (ebit) se ha desplomado un 37,7%, pasando de 18.482 a 11.509 millones; y el margen operativo ha evolucionado de forma similar, cayendo un 35,7%, del 9,8% al 6,3%. La división de automóviles ha tenido un ebit de 7.893 millones (-39,2%) y un margen del 6,3%; y la división de motocicletas ha registrado un beneficio operativo de 198 millones (-23,6%) y un margen del 6,1%. Los analistas del Banco Sabadell han destacado que en el cuarto trimestre el ebit se redujo más de la mitad (-57,3%), superando lo previsto por el consenso de analistas, y que incluyó un ajuste contable relacionado con la depreciación de algunos activos.

El beneficio antes de impuestos del grupo BMW ha caído un 35,8%, a 10.971 millones; y el beneficio neto se ha hundido un 36,9%, pasando de 12.165 millones a 7.678 millones, por la baja demanda en China y algunos problemas de suministro. Un hundimiento que ya habían pronosticado los analistas de la Bolsa de Londres… y que ha evitado un castigo en la sesión de este viernes, donde la acción asciende un 0,58% y acumula un alza del 6% en lo que va de año, a pesar de que en los últimos 12 meses la depreciación acumulada es del 21%. Eso sí, la plantilla se ha incrementado un 2,7%, a 159.104 empleados.

El CEO, Oliver Zipse, recuerda que “el 56% de los vehículos fabricados por BMW en Alemania se exporta fuera de la Unión Europea. Además, nuestra planta en Carolina del Sur exporta automóviles por un valor superior a 10.000 millones de dólares, lo que convierte a BMW en el mayor exportador automotriz de EEUU en términos de valor”

Ante los malos resultados de 2024, la dirección y el consejo de supervisión (el órgano que de verdad manda en las empresas alemanas, pues supervisa las decisiones del consejo de administración) de BMW propondrán a la Junta de Accionistas del próximo mayo un menordividendo. En concreto, la propuesta es de 4,3 euros por acción ordinaria y de 4,32 euros por acción preferente, frente a los de 6 euros y 6,02 euros, respectivamente, repartidos el año anterior.

De cara a este año, el grupo alemán prevé que el margen del negocio automovilístico estará entre el 6-7%, en línea con el de 2024 (6,3%) y que incluye el efecto de los aranceles conocidos hasta el pasado 12 de marzo. Este pronóstico de margen tan ajustado se debe a que “un entorno competitivo desafiante y los acontecimientos macroeconómicos, comerciales y geopolíticos podrían tener un impacto significativo en el rendimiento del negocio”, como se ha señalado en un comunicado. “Mantenemos nuestro rumbo en condiciones muy exigentes, ha subrayado el CEO, Oliver Zipse. Y es que no sólo se prevé que continúe la “situación difícil en China”, sino que haya un impacto de las medidas de apoyo para la cadena de suministro y de los aranceles impuestos por Donald Trump (en especial los de las importaciones de acero y aluminio, los del 20% a las importaciones de China y los del 25% a las de Canadá y México). El impacto de dichos aranceles, por ahora, lo estima en unos 1.000 millones, una cifra “conservadora”, según Zipse, aunque “si la situación cambia, también lo hará nuestra perspectiva”, ha añadido el director financiero, Walter Mertl. El CEO del grupo ha recordado que “el 56% de los vehículos fabricados por BMW en Alemania se exporta fuera de la Unión Europea. Además, nuestra planta en Carolina del Sur exporta automóviles por un valor superior a 10.000 millones de dólares, lo que convierte a BMW en el mayor exportador automotriz de EEUU en términos de valor”. Por ello, en una entrevista en la CNBC, Zipse ha subrayado que “los aranceles fueron una buena herramienta hace décadas, cuando los mercados globales no estaban tan interconectados como hoy en día. Pronto veremos que esto podría no ser la forma más inteligente de fortalecer la competitividad”.