
En este contexto de crisis mundial del automóvil (que empezó por culpa del coche eléctrico -dado su elevado precio, su baja demanda y la fuerte competencia de marcas chinas- y se ha extendido al resto del sector), se empiezan a conocer cifras del primer trimestre de algunos grupos. Así se ha podido ver que Volkswagen se mueve a más, y mejor, velocidad que Stellantis… y no teme los aranceles impuestos por la Administración de DonaldTrump a multitud de países, que ahora han quedado en pausa con los que ha habido negociación.
El gigante automovilístico alemán (dueño de la marca que le da nombre, así como de SEAT/Cupra, Audi, Skoda y Porsche, entre otras) ha elevado sus ingresos un 3%, a 78.000 millones de euros, hasta marzo. En esto ha contribuido el alza de ventas, que ha sido de un 1,4%, a 2,13 millones de vehículos, y cabe destacar que las de eléctricos se han disparado un 59%, pasando de 136.400 a 216.800 unidades, con un fuerte crecimiento en Europa (+113%). Por tanto, parece que ha empezado el año sorteando bastante bien la competencia de las marcas chinas y sus eléctricos baratos, que afrontan aranceles de la Unión Europea en sus importaciones desde el pasado otoño.
La cotización de Volkswagen baja poco más de un 1%, tras las cifras del primer trimestre (que completará con el dato del beneficio neto el próximo día 30), pero acumula una depreciación del 23% en el último mes y del 31,6% en el último año
Por su parte, el resultado operativo (ebit) del grupo Volkswagen se ha hundido un 39%, hasta 2.800 millones, por unos extraordinarios negativos de 1.100 millones. Se trata, principalmente, de provisiones: 600 millones por la regulación de emisiones de CO2 en Europa, 200 millones por la reestructuración de su filial de softwareCariad y otros 300 millones para ajustes en las reservas que estén relacionados con la manipulación de emisiones en vehículos con motor diésel y para gastos por posibles ajustes de valor de vehículos por los aranceles de EEUU. Eso sí, el margen operativo sobre ventas ha bajado notablemente, del 6% al 3,6%, lo que refleja que, a pesar de más ventas, ha descendido la rentabilidad de las mismas.
Claro que Volkswagen no teme los aranceles de Trump ni sabe cuál será su efecto, si lo hay, porque mantiene sus previsiones anuales: un aumento de ingresos del 5%, una rentabilidad sobre ventas del 5,5%-6,5%, una liquidez neta de la división automovilística de 34.000-37.000 millones (la cual cerró el primer trimestre en 33.000 millones) y un flujo de caja neto de dicha división de 2.000-5.000 millones. Claro que en bolsa, no le va tan bien… y en parte se debe a los aranceles de EEUU: su cotización baja poco más de un 1%, tras las cifras del primer trimestre (que completará con el dato del beneficio neto el próximo día 30), pero acumula una depreciación del 23% en el último mes y del 31,6% en el último año.
La cotización de Stellantis baja un 5% este viernes y acumula una depreciación del 70% en el último año, del 40% desde el pasado 1 de enero y del 33% en el último mes,… por lo que ha notado mucho más el efecto de los aranceles de EEUU
Vayamos a Stellantis, el grupo surgido de la fusión del francés PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) en enero de 2021, que tiene su sede en Ámsterdam (Países Bajos) y busca nuevo CEO, tras la renuncia de Carlos Tavares el pasado diciembre. Su primer accionista es la familia italiana Agnelli -a través del vehículo de inversión Exor-, al igual que sucede en Ferrari, CNH Industrial e Iveco. Tras Exor, en el accionariado de Stellantis figuran: la familia francesa Peugeot, el Estado galo, el grupo automovilístico chino Dongfeng (1,5% del capital) y varios fondos de inversión.
Sin embargo, a Stellantis (propietario de Peugeot, Fiat, Citroën, Opel, Abarth, Alfa Romeo y Jeep, entre un total de 14 marcas) no le va tan bien como a Volkswagen en ventas, como refleja el dato que ha dado a conocer este viernes: 1,2 millones de unidades en el primer trimestre, lo que supone una caída del 9% respecto a las de hace un año, sobre todo por la menor producción en Norteamérica (de hecho, paró esta actividad en algunas plantas de México y Canadá al entrar en vigor los aranceles de EEUU). Y para conocer la cifra de ingresos habrá que esperar al próximo día 30.
Eso sí, en bolsa, a Stellantis también le va mucho peor que ha Volkswagen: su cotización baja un 5% este viernes y acumula una depreciación del 70% en el último año, del 40% desde el pasado 1 de enero y del 33% en el último mes,… por lo que ha notado mucho más el efecto de los aranceles.