Cabe preguntarse si llegan más muestras de crisis inmobiliaria o de que somos más pobres (el gran logro de Pedro Sánchez y Nadia Calviño, y que entre otros aspectos, se ve en la inflación), porque la compraventa de viviendas, al igual que la firma de hipotecas, no remonta. De hecho, ya encadena cuatro meses a la baja, tras un descenso interanual de un 6,4% en mayo, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que se suma a los registrados en abril (-8,1%), marzo (-5,7%) y febrero (-6,6%).

En mayo, 200.906 fincas transmitidas se inscribieron en los registros de la propiedad, un 5,4% menos que en el mismo mes de 2022. De estas, 109.714 (-7%) correspondieron a compraventas de fincas, y entre ellas, destacan las 56.137 operaciones sobre viviendas, un 6,4% menores a las de hace un año. Por tipo de vivienda, la compraventa de las usadas bajó un 8,6%, pero siguen siendo las mayoritarias (45.479); y la compraventa de nuevas aumentó un 4,1%, a 10.658 operaciones. Además, el 92,5% (51.939) de las viviendas transmitidas fueron libres, un 5,8% menos, y las protegidas (el 7,5% restante, es decir, 4.198) cayeron un 13,4%.

La compraventa de viviendas, por tanto, no va bien, y a pesar de que en tasa intermensual (mayo sobre abril) se ha disparado un 29,6%, el indicador acumula una caída anual del 4,1% desde enero. Por comunidades autónomas, Cantabria (+21,1%), Asturias (+8,6%) y Castilla y León (+7,9%) registraron los mayores aumentos anuales de compraventas de viviendas en mayor. Mientras La Rioja (-37%), Madrid (-20,5%) y Canarias (-19,2%) se anotaron los descensos más altos. Y recuerden que hace casi dos meses se aprobó la Ley de Vivienda, que traerá una fuerte intervención en el mercado y que podría tener una vida breve si tras las elecciones del 23-J hay cambio en los ocupantes de La Moncloa.