Emilio Botín acertó y Francisco González se equivocó. Y menuda herencia que le ha dejado a su sucesor, Carlos Torres, entre Villarejo y el Garanti
El Garanti turco, hoy el mayor quebradero de cabeza del presidente del BBVA, Carlos Torres, fue ofrecido antes al Santander que al BBVA. Y lo cierto es que en un primer momento, el comité de dirección del banco cántabro, que debía escoger entre comprar el Garanti turco o un banco polaco, ofreció todos sus parabienes al Garanti, entre otras cosas porque resultaba proporcionalmente mucho más barato que el banco de Varsovia. Ya estaban para determinar la elección cuando se reunieron con Emilio Botín, quien sólo hizo una pregunta: "¿Son musulmanes, verdad? Pues entonces, no. Vamos a comprar el banco polaco, que son de nuestra misma cultura". Así se hizo. Más tarde, la entidad fue ofrecida al BBVA que, finalmente, se hizo con el Garanti.
Dos cuestiones:
- La primera: ¿qué tiene que ver la religión, la cultura, con el negocio bancario?. Pues lo tiene que ver todo y no sólo porque el Corán prohíba la usura y todo el negocio de los bancos árabes se realice por la vía de la comisión... que en el fondo es exactamente lo mismo, sino porque Botín sabía que no se iba a entender con una cultura tan distinta.
- Segunda cuestión: resulta que BBVA no lo pensó así. Y resulta que el Garanti se ha convertido hoy, 14 años después, el banco turco continua siendo el mayor dolor de cabeza del presidente del BBVA, Carlos Torres,
Hablando de culturas, a Torres le impusieron el nombramiento de un CEO turco, Onur Genç. No se discute aquí la experiencia profesional del señor Genç quien, por cierto, siempre ha trabajado en la banca occidental, aunque no es menos cierto que en banca al por mayor. Ahora bien, Genç siempre será el hombre de Erdogan en el BBVA. Sus relaciones con el presidente son correctas, tan correctas como distantes, un ejemplo: ningún CEO dice de sí mismo que se va a quedar mucho tiempo en el cargo, especialmente si trabaja a las órdenes de un presidente ejecutivo, como en el caso de Genç con Carlos Torres. Por eso, Torres es un sandwich emparedado entre un consejo de Administración que no controla y un CEO que no siente ninguna cercanía.
Cömo salga de ese sandwich dependerá del Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional, donde la Instrucción ya ha terminado y está a punto de dictarse Auto de Transformación de cara al juicio oral. Y es que la cultura es una cosa muy extraña y la cultura empresarial ni se sabe lo que es... Pero Emilio Botín acertó y Francisco González se equivocó. Y menuda herencia que le ha dejado a su sucesor, entre Villarejo y el Garanti.