La destitución de José María Álvarez-Pallete ha marcado un antes y un después en las empresas del Ibex, que ahora miran a La Moncloa con preocupación. Pedro Sánchez ha demostrado que no tiene límites, tampoco en el terreno empresarial, algo que ningún otro presidente de la democracia había exhibido.

En este contexto, Ana Botín aprovechó su intervención en el Foro Davos para asegurar que, si Europa quiere competir con EEUU y evitar convertirse en “un museo”, debe crear el marco idóneo para atraer a los inversores.

La inversión, además, debe ser privada, porque los Estados están ahogados por la elevadísima deuda pública. Según la presidenta del Santander, no es el sector público el que debe crear riqueza, sino el privado, una idea que choca frontalmente con la política económica del Gobierno, basada en subvenciones y ayudas públicas. El supuesto crecimiento económico de España es un espejismo porque se sustenta en el gasto público, que no para de aumentar y nos está llevando a la ruina. Es como aquel que se tira de un piso 30 y en el 15 le preguntan: ¿qué tal estás? Y responde: de momento muy bien.

Por su parte, el presidente de Iberdrola aprovechó su paso por Davos para afirmar que tiene capacidad para aumentar el dividendo, tanto con gobiernos demócratas como republicanos, en la Casa Blanca. Lo dijo en una entrevista en Expansión, después de que Trump anunciara que va a primar las energías fósiles a las renovables. Particularmente duro fue con la eólica, especialidad de Iberdrola en EEUU, una energía ruinosa a la que va a retirar todas las subvenciones.

La pregunta a Galán surge sola: ¿Seguro que va a poder aumentar el dividendo durante la Presidencia de Trump? Conviene recordar que, a cierre de septiembre de 2024, la deuda de Iberdrola ascendía a 46.697 millones de euros, y que Galán financia y refinancia de manera peculiar…. a costa del sector público.

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