María Jesús Montero, vicepresidente primero y ministro de Hacienda, última con PNV y Junts que el impuesto especial sobre bancos y energéticas, petroleras y eléctricas, aún más fuerte para las primeras que para las segundas, pase de provisional a permanente.

El PNV será el gran beneficiado aunque puede que no les guste a Iberdrola y sobre todo, a Repsol. Iberdrola está radicada en Bilbao, pero lo de Repsol es más grave: su filial Petronor es el primer contribuyente a la Hacienda Vasca.

Pero, como asegura Andoni Ortúzar, quien debe renovar su cargo como mandamás del partido en la próxima primavera, el PNV camina desde la derecha hacia la izquierda, y lo mismo piensa Aitor Esteban.

Este impuesto resulta especialmente injusto porque grava los ingresos, no los beneficios. A la postre, lo que está desincentivando es la inversión

Por su parte, ni Puigdemont puede convertirse en 'Mister no'. Alguna vez tendrá que decir sí a algo si quiere mantener al menos el pulso con el PSOE.

Es cierto que Puchi se ha echado al monte y ahora el líder de la burguesía catalana de la antigua CIU odia a las grandes empresas, traidoras a su chifladura separatista, pero tonto del todo no es.

En el Gobierno piensan que el pacto está hecho. A partir de de ahí, el asunto parece definitivo: el impuesto a bancos y energéticos pasa de temporal a permanente y se hará cuerpo en el próximo consejo de ministros del martes 22.

Es decir, que Hacienda captará en 2025 y sucesivos años más de 3.000 millones de euros más, que, esto es cierto, necesita para que Bruselas apruebe su plan fiscal.

En 2024, Hacienda ya ha recaudado casi 2.900 millones por este impuesto extraordinario... y el PP aún no se ha comprometido a rebajarlo en caso de que llegue al poder. Lo cierto es que ni PSOE ni PP se atreven a plantear una reducción del gasto público. Por lo que optan siempre ambos partidos, con la excepción de Ayuso, es por subir los impuestos

Recuerden que el conocido como el impuestazo resulta especialmente injusto porque grava los ingresos, no los beneficios. Con ello, a la postre, lo que está desincentivando es la inversión.

Por ejemplo, en 2024, Hacienda ha recaudado casi 2.900 millones por este impuesto extraordinario... y el PP aún no se ha comprometido a rebajarlo en el caso de que llegue al poder. Lo cierto es que ni PSOE ni PP se atreven a plantear una reducción del gasto público. Por lo que optan siempre, ambos partidos, con la excepción de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y alguna que otra comunidad pepera, es por subir los impuestos para cuadrar las cuentas públicas. En cualquier caso, el peso fiscal de las regiones es mínimo. En materia de impuestos manda el Gobierno central... salvo en Navarra y Euskadi.

Además, ni Ayuso se atreve a hacer lo que hoy debería hacer cualquier dirigente político español o europeo: reducir el gasto público.