
Marc Murtra no ha hecho su propio equipo sino el equipo que le han dicho que haga. Este es el problema. Por ejemplo, se ha traído a Borja Ochoa, como presidente de Telefónica de España pero a Ochoa el equipo se lo ha hecho Emilio Gayo.
El desánimo en la compañía también cunde porque no se toman decisiones. Urgentes eran los cambios en Reino Unido y Alemania pero nada ha cambiado. En Brasil también estaban a la espera, aunque probablemente ahí es donde no convendría hacer cambios de ningún tipo.
Encima el juez Juan Carlos Peinado le llama a declarar por el caso Begoña Gómez, subsector Indra, junto a otra decena de directivos de Google, Indra y Telefónica, incluido Rosauro Varo. Recuerden que Moncloa no lo ha podido hacer peor: los testigos de estas tres compañías han dicho que hicieron lo que hicieron para la Complutense, pero el juez no investiga si la complutense pagó o no pagó, sino por qué Begoña Gómez se apropió de lo que había sido pagado o regalado, da igual.
El desánimo cunde en el Distrito C porque nadie sabe qué va a ocurrir y porque se ve no una compañía en tensión sino una compañía abotargada, que es peor.
Pero lo pero probablemente esté en la obsesión del consejero ejecutivo Javier de Paz por recrear Admira ¿Recuerdan? Aquel multimedia enloquecido, de TV en abierto y en cerrado, de radio... que acabó como el rosario de la aurora en tiempos de César Alierta y que jubo que cerrar con graves pérdidas.
Ahora es peor: se pretende, el delirio de José Miguel Contreras, otro hombre del Sanchismo (que es Pedro Sánchez, pero también, no lo olvidemos, Rodríguez Zapatero, que manda mucho en el Distrito C). La política de fichajes tampoco ayuda: José Arias, llegado de Spencer Stuart, tampoco e un jovencito y, en cualquier caso, lo lógico sería ascender a cargos medios de Telefónica, no fichar a otros de fuera.
La locura de recrear Admira (¿Se acuerdan de la Admira de Juan José Nieto?): ni es una prioridad para Telefónica ni es el momento, pero sobre todo, es una pésima experiencia.
Pues ahora añadan PRISA, El País y La SER) para ser más multimedia y aumentar más los números rojos.
Si Murtra no se opone a ello, queda claro que no rige la empresa sino que es un 'buen mandao' de aquello que le ordenen en Moncloa y en Ferraz.