El ministro de Transportes, el finísimo Óscar Puente, ha fulminado al presidente de Renfe, Raúl Blanco. Hablamos de otro de los empresarios catalanes cercanos al PSC que ha hecho su carrera en la Administración socialista. 

Sin embargo, los problemas en los dos polos de Renfe, la alta velocidad y sobre todo, Cercanías, ha servido para que el acusado oficial, el ministro, se busque una cabeza de turco y ponga en la calle a Blanco. Blanco no ha durado ni dos años en el cargo, aunque hay que reconocer que ya se habló de su posible cese en noviembre de 2023, cuando el nuevo ministro llegó al Ministerio. Blanco no era de los suyos.

La cuenta de resultados en una compañía estatal no puede ser analizada como en una compañía privada. Lo que importa, en una empresa pública, antes que el beneficio o las pérdidas, es el servicio que ofrece a la ciudadanía

Para entendernos: razones había para el cese, que se ha disfrazado como una salida camino del sector privado, pero mala baba, también. Le sustituye, cómo no, un secretario general del ministro, Álvaro Fernández Heredia. Lo más importante: con el relevo, Puente se busca una coartada ante el fracaso del AVE y de Cercanías. 

Eso sí, sin armar jaleo, como quiere el 'number one', también conocido como 'el puto amo'. No obstante, un doble miedo ha empezado a crecer en el Administración Sanchista: la posibilidad de ser cesado de una empresa (después de que no fuera cesado el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, parecía como si ningún cargo público pudiera ser relevado aunque su gestión fuera un desastre. Sobre todo, si eres amigo del 'puto amo'). 

Blanco ha sido fusilado sin armar jaleo, como quiere el 'number one', también conocido como 'el puto amo'. No obstante, un doble miedo ha empezado a crecer: la posibilidad de ser cesado de una empresa y la posibilidad de que el Sanchismo empiece a sufrir la división, la más grave de todas: la interna

Ojo, y también se ha abierto la mucho más temible posibilidad de que el Sanchismo empiece a sufrir una división, la más grave de todas: la división interna. ¿No se estará desmoronando el movimiento? 

Oficialmente, Blanco no ha sido cesado sino que se marcha al sector privado -eso, seguro- y se marcha previo acuerdo con Puente. Ahora bien, eso no quita que... motivos había. Renfe está hecha un desastre en sus dos polos: AVE y Cercanías. Y no porque pierda más o menos, pues la cuenta de resultados en una compañía estatal no puede ser analizada como la de una compañía privada. Lo que importa en una compañía pública, antes que el beneficio o las pérdidas, es el servicio que ofrece a la ciudadanía. Y en esto, Renfe presenta un balance demoledor. La cuenta de resultados no es buena pero es mucho mejor que el servicio público que presta a los ciudadanos.

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