Antonio Hernández Callejas, presidente ejecutivo de Ebro Foods, puede estar muy satisfecho del histórico 2023 / Foto: Pablo Moreno
A Ebro Foods le fue muy bien en 2023, tras un 2022 en el que resistió el temporal de inflación sin trasladar al 100% a los precios (lo que redujo beneficio neto y márgenes). De hecho, el grupo ha presumido de haber culminado “el mejor ejercicio de nuestra historia”, superando las cifras obtenidas cuando aún poseía las división de pasta seca en Norteamérica y Francia.
El líder mundial en arroz y segundo fabricante de pasta puede hacerlo gracias a los costes más razonables en logística y energía, así como a su sólida cadena de suministro y eficiente gestión de inventarios, y la entrada en funcionamiento de sus últimas inversiones. También ha contribuido la subida selectiva de precios, después de que en 2022 redujera márgenes y ganancias.
En 2023, las ventas del grupo que tiene como presidente ejecutivo a Antonio Hernández Callejas han crecido un 3,9%, a 3.084,46 millones. En esto ha contribuido el alza del 4,9% en las de arroz, hasta 2.443,7 millones, incluso con la menor inflación en el último trimestre. Por su parte, las ventas de pasta se han mantenido estables, situándose en 652,2 millones.
La deuda neta también trae buenas noticias: baja en 192,2 millones, a 570,4 millones. Y todo ello, en un contexto de importantes inversiones en crecimiento orgánico
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) del Ebro Foods (dueño de SOS, Brillante, La Fallera y Garofalo, entre otras marcas) ha subido un 15,7%, a 387,1 millones, siendo “uno de los mejores ebitda de la historia” del grupo, gracias principalmente a la moderación de precios de algunas materias primas y a la relajación de los costes del transporte y la energía. El negocio de arroz ha aportado 310,99 millones (+7,3%) al citado hito y el de pasta, 90,435 millones (+54,6%), tras recuperar la rentabilidad en todos sus negocios. Ante estas cifras, el margen ebitda ha pasado del 11,3% al 12,6%, lo que supone una notable mejora de la rentabilidad. El resultado neto de explotación (ebit) ha aumentado un 21,7%, a 284,3 millones. Y el beneficio neto se ha disparado un 53,2%, al récord de 186,94 millones, y recoge un pequeño extraordinario (1,8 millones de la venta de la fábrica de Woodland), frente a los 122 millones ganados en 2022 (incluyendo una pérdida extraordinaria de 20 millones al vender Roland Monterrat) y los 238,63 millones de 2021 (donde se incluían plusvalías por las desinversiones en pasta seca).
La deuda neta también trae buenas noticias: ha bajado en 192,2 millones, a 570,4 millones. Y todo ello, en un contexto de importantes inversiones en crecimiento orgánico. Una ejercicio histórico que Ebro Foods quiere compartir con sus accionistas y propondrá a la Junta de Accionistas un aumento del 15,8% en el dividendo, a 0,66 euros brutos por acción, algo que ha aplaudido el mercado: la cotización ha tenido un alza del 0,55%, frente a una bajada del Ibex 35 del 0,67%. Y esto también gustará a sus accionistas: el principal es la familia Hernández, dueña del 15,922% repartido a partes iguales (del 7,961%) entre las sociedades Hercalianz Investing Group y Grupo Tradifin; le siguen Corporación Financiera Alba, el vehículo de inversión de los March, con el 14,004%; Damm, con un 11,686%; y la SEPI con un 10,36%; entre otros.