La economía española no va bien aunque, según el Banco de España, crezca un 3,1% en 2024 / Foto: Pablo Moreno
Las proyecciones macroeconómicas presentadas el martes 17 por el Banco de España sitúan el crecimiento del PIB de este año en el 3,1%, tres décimas más que lo pronosticado en septiembre. En 2025 el crecimiento será del 2,5%, en 2026, del 1,9% y en 2027, del 1,7%. Es decir, vamos hacia abajo, aunque eso no es lo más significativo porque de aquí a 2027 pueden suceder muchas cosas, para bien o para mal.
Lo verdaderamente interesante es analizar ese crecimiento del 3,1% para este ejercicio, un dato aparentemente muy positivo -es el más elevado de las grandes economías europeas-, pero que oculta una realidad muy preocupante: la inversión empresarial privada, la que garantiza el crecimiento futuro y propicia el aumento de la renta per cápita, lleva paralizada desde el año 2019 y todavía no ha recuperado ese nivel pre-covid.
Por el contrario, la inversión pública se ha disparado hasta niveles récord. En otras palabras, el crecimiento económico de España se está apalancando sobre deuda pública y eso no es bueno. No es un crecimiento sano y supone un riesgo elevado porque la deuda pública no es infinita, aunque Pedro Sánchez crea que sí lo es.
¿Por qué no crece la inversión empresarial en España? Principalmente por la incertidumbre legislativa y fiscal. Si se fijan en el gráfico, la inversión ya está paralizada en 2019, es decir, el parón no es consecuencia de la pandemia sino del Gobierno Sánchez.
Otra variable significativa es el empleo. Al parecer, según el Banco de España, cerrar el año con una tasa de paro del 11,5% es un éxito y demuestra la fortaleza del empleo. ¿De verdad? Efectivamente, hay más personas cotizando a la Seguridad Social, pero es gracias únicamente a la inmigración: en 2022 llegaron 700.000 extranjeros, en 2023 fueron 600.000 y en 2024 serán 450.000. En otras palabras, el PIB crece porque somos más, pero la renta per cápita de los españoles retrocede en relación a nuestros vecinos europeos.
En cualquier caso, no le den muchas vueltas. Resulta que el gobernador del Banco de España ya no es Pablo Hernández de Cos sino el exministro sanchista José Luis Escrivá. ¿Comprenden?
En cuanto a la inflación, las nuevas proyecciones del BdE no difieren mucho de las anteriores del mes de septiembre. Será del 2,9% en 2024, del 2,1% en 2025, del 1,7% en 2026 y repuntará en 2027 hasta el 2,4%, atención, por el nuevo régimen de comercio de derechos de emisión de CO2 aprobado por Bruselas.
Pero no se pierdan: lo importante es que la economía española no va bien, aunque cierre el año con un crecimiento del 3,1%.