En una escala del 0 al 9, en el que 0 es, como en el cole, la peor puntuación, los empresarios españoles valoran con un 5,55 la situación económica actual de España. Es el resultado de la encuesta interactiva realizada este lunes en el Congreso de la Empresa Familiar que se celebra en Santander.

En otras palabras, la economía española va bien, pero la de los españoles no y mucho menos la de la clase media. La valoración, en cualquier caso, es la más elevada desde 2020 y muy parecida a la de 2019 (5,33), justo antes de la pandemia. Por curiosidad, la valoración más elevada se produjo en 2017 y fue del 6,22.

Los empresarios tampoco son muy optimistas en cuanto al empleo. No terminan de creerse el discurso de Yolanda Díaz, una de las mentes más brillantes del Gobierno Sánchez. Así, el 59% cree que la creación de empleo será limitada y el 38%, directamente, cree que no se creará más empleo. Sólo el 3% estima que habrá un aumento rápido de la actividad, con una intensa creación de empleo.

Preguntados directamente sobre este asunto, el 48% de los empresarios no prevé aumentar la plantilla, algo que sí piensa hacer el 42% de ellos. Sólo el 10% prevé reducir la plantilla.

Una cuestión significativa: el riesgo más relevante para la economía española, según los empresarios, son los cambios regulatorios en todos los niveles, también autonómico y local. No son los impuestos, ni la inflación, ni siquiera la competencia exterior, sino la burocracia que crece y crece hasta el infinito y más allá y obliga a las empresas a dedicar mucho tiempo y muchos recursos, en lugar de destinarlos a hacer crecer el negocio.

Los empresarios tampoco quieren subvenciones ni ayudas públicas. El 55% afirma que no ha solicitado fondos Next Generation. El 19% sí los solicitaron, pero les fueron denegados. Sólo el 3% asegura haber recibido estos fondos y en un porcentaje considerable, por ejemplo, un PERTE.

En definitiva, la economía española no va como una moto ni mucho menos como un cohete. Y, en cualquier caso, avanza a pesar del Gobierno, no gracias a él.