Tras salir de pérdidas en 2022 y lograr el aval del Supremo a la prórroga de la biofábrica de Pontevedra, Ence ha publicado los resultados del primer trimestre, en el que ha tenido un fuerte crecimiento, impulsados por un precio de la celulosa todavía cerca de máximos, por la normalización de la producción en la biofábrica de Pontevedra, por la subida del precio regulado de la energía y por la formalización de la venta de una primera planta fotovoltaica en construcción.

Los ingresos del trimestre crecieron un 26% interanual, hasta los 296 millones de euros, mientras que el ebitda aumentó un 91%, hasta los 89 millones de euros y el beneficio neto se duplicó hasta alcanzar los 30 millones de euros.

La deuda financiera neta del Grupo se situó en 128 millones de euros a cierre del trimestre, lo que supone un apalancamiento de tan solo 0,4 veces el ebitda de los últimos 12 meses.

La Sociedad distribuyó un dividendo a cuenta de 0,29 euros brutos por acción (70 millones de euros) durante el mes de marzo, lo que supuso una rentabilidad del 8% para los accionistas. Además, el Consejo ha propuesto a la Junta de Accionistas la distribución de un dividendo complementario de otros 0,29 euros brutos por acción (70 millones de euros) con cargo a los resultados de 2022. En caso de aprobarse se abonará el próximo 18 de mayo de 2023.